Juego de Sangre (y II)

"Hay una pequeña posibilidad de recuperar a tu amiga, pero es muy arriesgada. Se dice que si el maestro de los vampiros muere, los vampiros que ha creado volverán a ser humanos." La mirada de Ana brilló de esperanza. ¿Clara podría otra vez volver a ser humana?

CAPÍTULO IV

Ana despertó sobresaltada. Intentó calmar su agitada respiración mientras entornaba los ojos para vislumbrar a través de la negrura que la envolvía.

Poco a poco reconoció su entorno. Estaba en su casa, era su habitación, Clara dormía a su lado.

Tuvo ganas de llorar de felicidad. Todo lo sucedido había sido una horrible pesadilla. Los vampiros, la cazadora, la muerte de Clara, el regreso de su amada convertida en una terrorífica criatura de la noche, ávida de su sangre…

...

Juego de Sangre

Este cuento es fruto del reto de otro autor de TD. Debía contener vampiros, cazadores y víctimas inocentes. Y eso contiene: oscuridad, sangre, sexo, muerte y amor. Espero que os guste.

PRÓLOGO

-Recuerda. Dos inocentes. ¿Aceptas?

-Sí.

-Excelente. Que comience el Juego.

CAPÍTULO I

“La muchacha miró a su espalda, asustada, y aceleró el paso. Sentía una presencia, observándola. Unos ojos la contemplaban desde la oscuridad y una maligna sonrisa que, cruel, se curvaba ante la presencia de su presa, saboreando el fatal deslenac…”

¡Joder! ¡Puta dislexia! Los dedos de Ana se deslizaron a toda velocidad por el teclado de su portátil, pulsando repetidas...

Cuentos de las Hijas de la Luna - El Mausoleo

"No perturbar el descanso de los muertos"

“Mónica tragó saliva, mientras se quitaba las gafas para masajearse los ojos. La lluvia golpeaba con fuerza el cristal de su ventana. Volvió a ajustarse las gafas y dio la vuelta a la página.”

Capítulo II – El Mausoleo

-Lo que hacemos no puede estar bien.- Repuso el hombre, ensimismado.

-¿Ah, sí? Pues yo diría que te ha gustado bastante.- Contestó el otro hombre, con voz burlona. Ambos estaban completamente desnudos, sobre el camastro de una espartana habitación. Sus respiraciones, todav...

Cuentos de las Hijas de la Luna - La Loba

"No habléis nunca con extraños, no salgáis en noches de luna por bosques sombríos y cuidaos de los lobos"

“Conteniendo su nerviosismo, Mónica abrió cuidadosamente las primeras páginas del libro mientras se ajustaba sus gafas”.

Capítulo I. De la llegada de las Hijas de la Noche

La Loba.

La hija del leñador iba a retirarse a su habitación cuando golpearon la puerta. Ningún alma osaba aventurarse a horas tan intempestivas en la vieja cabaña del bosque. ¿De quién podría tratarse?

Angélica, la muchacha, contempló con preocupación cómo la mirada de su padre se desviaba hacia la pesada hacha...

Cuentos de las Hijas de la Luna - El Libro

Mónica descubre un antiguo y extraño libro.

Érase una vez un reino vasto y próspero, hace ya mucho, mucho tiempo, cubierto por espesas neblinas y bosques milenarios. Vivía en él gente humilde y feliz, que labraban la tierra y recogían sus frutos.

*Pero de pronto, una noche fría y negra, llegaron las Criaturas Nocturnas. Perversas sombras de hielo y muerte surgieron de la oscuridad y se cernieron amenazadoras sobre la región. Seres que no eran enteramente humanos ni enteramente animales acechaban a la caída del sol, exigiendo su tributo de carn...

La violación de las elfas

Dos hermosas elfas deberán sufrir la ira y vejaciones de un lujurioso conde humano al que han desafiado.

El tenue fulgor de la luna apenas era perceptible. La oscuridad era casi absoluta, sólo rota por una pequeña fogata en el claro del espeso y oscuro bosque de encinas.

La mujer sentada en el claro permanecía con los ojos cerrados. Para un observador casual, podía parecer que estaba dormida, pero la realidad era bien distinta. Sus sentidos estaban completamente alerta y sus orejas terminadas en punta eran capaces de escuchar el sonido más insignificante de su alrededor. Su nombre era Lundinia y era una...

Cuentos de Surastia, la Ciudad de los Ladrones (2)

Surastia, la Ciudad de los Ladrones. Un lugar de ladrones, asesinos, brujas y héroes en el que cualquier noche puede ser la última.

CUENTOS DE SURASTIA, LA CIUDAD DE LOS LADRONES

(II – Los Últimos Héroes)

PROLOGO

El hombre del sombrero de ala ancha observó el desvencijado cartel de la sucia taberna. “La Rata Cornuda” . Había llegado a su objetivo: uno de los peores tugurios de la ciudad de Surastia, el lugar perfecto para negociar un trato con sangre de por medio. Sin más dilación entró en su interior, arrugando la nariz por el asqueroso olor. No parecía dispuesto a perder un segundo de más en un mugrien...

La Princesa y los Bandidos

Saffron, una arrogante princesa, debe perseguir y capturar a tres bandidos que asolan la región. Pero, ¿quién es el cazador y quién la presa?

-Están acorralados, mi señora. Se han internado en una gruta y los hemos rodeado. No tienen escapatoria.

-Excelente. Ya son nuestros.

Saffron sonrió con deleitación, dirigiendo altaneramente la mirada hacia la caverna que le señalaba el soldado. La joven mujer posó su mano sobre el pomo de su refinado estoque, en una estudiada pose de superioridad. Por fin tenía en sus manos a esos bellacos, los tres forajidos que había estado persiguiendo durante semanas por el espeso bosque del Drakwald y que...

Homo Unius Libri

Timeo hominem unius libri – Temo al hombre de un solo libro. Una mujer es torturada y vejada por las autoridades eclesiásticas durante el medievo.

HOMO UNIUS LIBRI

Timeo hominem unius libri – Temo al hombre de un solo libro.

Olga Hersdötter salió del profundo sueño que la envolvía cuando sintió que la puerta de su celda se abría rechinante. ¿Era de noche? ¿De día? No podría decirlo. Parecía que hacía ya una eternidad desde que fuera arrojada allí por los templarios de Dios, los inquisidores. Entreabrió los ojos, todavía adormilada. Un sordo dolor inundó su cabeza. Uno de sus ojos estaba amoratado por la brutal paliza a la que le habí...

Surastia, la Ciudad de los Ladrones

Surastia, la Ciudad de los Ladrones. Un peligroso lugar de bandidos y asesinos en el que cualquier noche puede ser la última.

I

El hedor de la taberna era palpable, pero aquello no parecía importar a los escasos parroquianos que se hallaban en el antro, ni tampoco la escasa iluminación o el repugnante sabor de la cerveza y el vino que se servía. El posadero limpiaba una jarra con un trapo roñoso despreocupadamente, sin meterse en los asuntos de los desechos humanos que se sentaban en las mesas, embozados en oscuras capas, susurrando en tono conspirativo siniestros tratos que probablemente se saldarían con la pérdida de...