Quiero que me folles, y a ver qué pasa...

Yo quisiera que algún día me utilizaras pensando sólo en ti, en tu propio placer, y a ver qué pasa

Quiero que me folles, y a ver qué pasa...

Ya sé que esto no encaja en mi conducta habitual, que te sorprenderá que te lo pida de forma tan explícita porque nunca te he dado muestras de ello, que quizás te resulte más complicado que excitante pensar en la situación. Es posible incluso que te esté pidiendo algo que no te apetece hacer…, que te ponga en un compromiso, pero quiero que sepas que me gustaría que, de vez en cuando, te dejaras de insinuaciones decorosas, de caricias superfluas, de prepa...

Humo

NO ES ERÓTICA, ES UNA PARANOIA. Una vela produce poco humo porque la misma llama lo quema, pero cuando un soplo de viento inclina la llama, la vela producirá humo, que es la parte que se escapa del fuego y no arde.

HUMO

Vas. Vienes. Estás

Cortina de humo que envuelve mi razón,

niebla que flota en mis delirios.

Y los eleva, y los sacude y los ahuyenta.

Humo de fósforo,

sutil, ligero, traslúcido,

que apenas creado se pierde en un hálito

aún carente forma, tamaño y color.

De contornos difuminados,

pensamiento huidizo,

deseo espantado.

Discreto humo de fogata nocturna,

que cobijado por la luz de su llama

deambula caldeando la bruma,

...

Hoy, por ejemplo

Me produce un morbo increíble verte ya vestido, listo para irte a trabajar y retenerte contra tu voluntad.

Hoy, por ejemplo.

El despertador te ha sacado a patadas de la cama. Entre caricias y besos consigues echar un cable a tierra poniendo un pie en el suelo, y aunque el cable te lo echaría yo al cuello, me rindo ante la rutina de lo que aparenta ser un viernes cualquiera y dejo escapar tu cuerpo tibio bajo las sábanas revueltas.

En pocos segundos el silencio se llena del repicar del agua de la ducha sobre tu pecho y espalda. Aún acurrucada en la cama, ocupando tu espacio, sumergida en el olor...

De frío, de calor y papel burbuja

Lo has envuelto cuidadosamente en papel burbuja y lo has metido en una caja de seguridad ignífuga. El domingo por la noche, cuando todo haya pasado, volverás a instalarlo en tu pecho.

De frío, de calor y papel burbuja.

Fotos de paisajes. Paisajes arbolados, paisajes con pueblos al fondo, paisajes con cielos nublados, soleados, cielos anaranjados al atardecer, violáceos al amanecer… paisajes con lugareños, personas con papeles cortos en estas escenas de tu vida, seres cuyos nombres no supiste o no recuerdas. Fotos vacías… Podrían ser recortes de un folleto de agencia de viajes o láminas de un calendario, o postales de las que vendían en la recepción del hotel.

Ni siq...

Anudados

¿Y aun cuestionas mi existencia?

Anudados

Hazme un nudo en la cintura

con tus lazos consentidos,

besa mis labios vencidos

rendidos a esta tortura.

Por los cabos desprendidos

enloquece mi paciencia,

pues aun sufriendo tu ausencia

callo y oigo tus latidos.

Muerta y viva en mi creencia

acorralada entre rejas,

sordo zumbido de abejas

picotean mi conciencia.

¿Y aún cuestionas mi existencia?

Quiero liar este sueño

en una vida sin dueño

sin sentido ni...

Tan iguales, tan distintos

Con la aparición de tu pelusa púbica, brotaron también los primeros esquejes de tu madurez y fuiste consciente de lo que para mí significabas. Hijo único, único como hijo, y sin embargo, mucho más que hijo.

Tan iguales, tan distintos

Ay, tu cunita de piedra... Recuerdo la que compró tu abuela para mecerte en ese silencio que siempre te acompaña. Qué chico más prudente... no podía ser de otra manera.

Un comentario popular ha querido sellar tu sino. "¡Este niño es igualito que su padre!" Lo soltaban como un elogio, pues tu padre siempre ha sido un buen mozo. Los mismos ojos agitanados, los mismos labios gruesos dibujados en grana, los mismos gestos... No. Los mismos gestos no. Pude comproba...

Trabajo a dúo (2)

INFIDELIDAD (Parte II): Llevó mi mano a su entrepierna, bajo su amplio vientre, y pude notar malamente disimulada tras su pantalón una erección grandiosa, inusual; tan sorprendente como inoportuna. Amenazante...

TRABAJO A DÚO (2)

AVISO: El primer capítulo de esta historia ( http://www.todorelatos.com/relato/34815/ ) ha sido escrito y publicado por Zesna, un autor de TodoRelatos cuya especialidad son los gorditos. Ambos participamos en este proyecto conjunto en el que relatamos una curiosa infidelidad desde una doble perspectiva. Allá va la segunda parte y desenlace.


PARTE II, por Espir4l

Los pendientes de zafiros, la gargantilla de oro blanco. Zapatos forrados a juego con el...

Querrás saber más

...querrás saberlo todo y me harás relatarte cada detalle, cada sensación, cada deseo...

Querrás saber más

-. ¡Quieta! Cierra los ojos. A ver... La tengo. ¡Pide un deseo!

Me mostraba entusiasmado una pestaña atrapada entre índice y pulgar, elevándola orgulloso por encima de mi vista.

Un deseo...

-. Y no me lo digas, ¿eh?, que si no no se cumple.

Un deseo...

Mal momento para pedir un deseo.

Se me venían tantos a la cabeza que no podría concretar. ¿Uno nada más?

Desearía haberte sido fiel siempre. No, antes que eso; desearía no haber sentid...

Videoaficionados

La quietud que reinaba en pantalla se convirtió en el caos de una cinta de videoaficionado, solo que en lugar de un día de campo, la brusquedad de los movimientos me mostraba paredes oblicuas, sábanas revueltas, sexos desnudos, bocas ávidas...

VIDEOAFICIONADOS

¡Pero qué mala es la programación televisiva en verano!, y, contradicciones de la vida, si no hubiera sido por ésta, ahora seguiría surcando las aguas tranquilas que mecían la balsa de mi monótono matrimonio.

Ana estaba en el pueblo con mis suegros y las niñas. Los meses de verano lo hacemos así. Yo voy los viernes y vuelvo los lunes, pero entre semana me quedo de Rodríguez porque tengo que trabajar y desde el pueblo tardo mucho en llegar a la oficina.

Por no bajar al...

Sofocante verano madrileño

Por un momento pensé que vendrías hacia mí cuando tu rostro pecoso se giró y tus ojos camuflados tras esas gafas de sol que protegen tu timidez pueril me descubrieron.

SOFOCANTE VERANO MADRILEÑO

Parece que hubiera recorrido no un largo camino, sino toda una vida para llegar hasta aquí y contemplarte espléndida sobre el asfalto candente del Paseo de la Castellana, bajo el sol del sofocante verano madrileño. Sin embargo, a ti la solana no parece afectarte. Tan dulce tu imagen y no te derrites.

Comienzan a menearse tus estrechas caderas al ritmo de tus pasos largos, esos que terminan en sandalias de colores de suelas planas. Los volantes de tu falda corta r...