Yo lo susurraba al oído. Ella simplemente lo hizo
Una pequeña historia que vivimos Sofía, mi esposa, y yo, que fue uno de los inicios de una relación sexual fabulosa (con algunos capítulos ya contados en este web -ver otros relatos de este autor-)
No hizo falta ni que le dijera que no quería bailar. Sofía conocía muy bien mis gustos y sabía perfectamente que no lo haría, no había bebido lo suficiente. Así que, sin preguntar, sin mediar palabra, me dejó con la cerveza en la mano y se adentró en la pista que aún estaba medio vacía. Al ritmo de la música empezó a contornearse, cada vez con menos recato, cada vez más explícitamente.
Sofía tenía, entonces, poco menos de los cuarenta. Rubia, alta, voluptuosa. No era una mujer que pudiéramos clasifica...