Mi diosa bondage
La diosa somete a su presa, gozando de todos sus placeres.
Entra en la sala. Es una de esas diosas, una mujer imponente, alta, larga cabellera marrón, mirada altiva de rimel, labios prietos, piel suave, sin manchas. Un cortísimo vestido de cuero negro y finos tirantes hace fantasear
sobre las curvas que cubre. Sus largos tacones resuenan en la sala.
Ahí está su chica, como si no la hubiera visto entrar... Su pequeña rubia de expresión curiosa y expectante, esperando, sentada en su taburete.
La diosa se acerca sin prisa, contoneando de es...