Colección de momentos (1: El Respaldo De La Silla)

La silla, un buen escenario para el erotismo.

Cualquier sitio sería bueno para dar rienda suelta a nuestras pasiones. En esta primera entrega cumplo fantasías en una silla, uno de los elementos más habituales en el día a día. Se admiten ideas. . .

Colección de momentos

El Respaldo de la Silla

¿Cuántas veces vemos y utilizamos sillas? Probablemente cada uno de nosotros lo haga diariamente, algunos quizás pasan la mayor parte de su día sentados en ellas, otros tal vez repongan fuerzas…y quien sabe cuántos motivos podemos regalarl...

Doble Calor

Escena de pasión sobre una toalla.

D o b l e C a l o r

Tengo un nítido recuerdo de aquel 5 de julio. No sólo viven en mi mente, sino que cada uno de los detalles resbala por mi piel al recordarlo. Cierro los ojos y tras un corto pero intenso viaje me sitúo en el mismo escenario, con sus mismos olores, su misma temperatura, el mismo calor del sol, el mismo canto alegre de los pájaros, la misma pasión entre sudores de verano.

No se si a ti alguna vez te sucede, pero yo no puedo vivir sin recordarte cada uno de los días de mi...

El Padre de Beatriz

Historia ilustrada de Lucy, una joven desvirgada casual pero cariñosamente por el padre de su buena amiga de la infancia.

* El Padre de Beatriz *

Me llamo Lucía y tengo 24 años. La historia que os voy a contar marcó una etapa en mi vida, un suceso que jamás imaginé. El hombre que me amó por primera vez fue el padre de mi mejor amiga, un hombre divorciado, solo, amargado y borrachín.

Siempre he sido una chica muy normal, poco guapa pero con cierto encanto, y según dicen, una "belleza morbosa". Conocí a Beatriz en el colegio, por aquel entonces teníamos 18 años, rondando los 19. Juan, el padre de Be...

El placer de tu sentir

Tu placer es igual o mayor que el mio propio.

--- El Placer De Tu Sentir ---

Ayer mientras dormías te observé detenidamente. Me preguntaba cuánto más podría sucumbir a tus encantos, cuánto más podría vivir de tu aire sin sentir que me consumía lentamente. La respuesta era clara. Siempre. Tanto tú como yo sabemos que inevitablemente para bien o para mal estoy ligada a ti de tal forma que necesito cada día, y exponencialmente una dosis de ese néctar de tu ser.

Estabas completamente desnudo, las sábanas tapaban parte de ese torso masculi...