MALDITA RUTINA. Parte IV
Llegamos al punto de no retorno. Todos los limites se habían pasado y ahora solo quedaba asumir lo que eramos y afrontar nuestra nueva vida. Ya nada iba a ser como antes
Después de lo ocurrido ninguno quiso tomar la iniciativa para hablar. El sentimiento era de vergüenza y de frustración. No era fácil hablar con tu mujer sobre la paja que le hizo a otro, de cómo se ha exhibido, de que se ha liado con otras mujeres. Menos aun contarle las pajas que te haces con las escenas de mujeres disfrutando con cinco hombres a la vez, sin ni siquiera saber si llegado el momento sería capaz de hacerlo y soportarlo excitado sin hacer daño a nuestra relación.
Pasaron semanas, meses,...