La buena esposa
Una esposa tradicional satisface a su marido
Cuando llegué del trabajo, abrí y cerré la puerta suavemente con la intención de encontrarla desprevenida. Caminé sin hacer ruido por la casa y la encontré en la cocina preparando la comida. Me paré detrás del marco de la puerta recreándome en su visión. Me fijé en su vestido y comprobé con satisfacción que se trataba del mismo que le había ordenado ponerse esa misma mañana. Era del tipo que a mí me gustaban: elegantes y ceñidos. Esto resaltaba sus curvas, especialmente su espectacular trasero que se dibuja...