Bucear en insospechadas perversiones latentes
En esta historia confluyen el poder de los pequeños detalles, el arrojo por traspasar las barreras invisibles que nos impiden vivir situaciones intensas que consideramos peligrosas y un cóctel de todas las perversiones que la dominación puede canalizar como una esencia cuando se libera.
Hace unos años, en mi etapa universitaria, acostumbrada a pasar parte del verano en una casita costera de la familia de mi novia. Después de mucho tiempo, toda la familia compartíamos una confianza enorme. Los padres eran extrañamente modernos en sus ideas para lo que corresponde a su generación en mi país. Además su hermana –Elena-, su abuelo y algún primo ocasional aparecían por aquella agradable villa.
La hermana era una chica normal, con cierto atractivo y con la que compartía una gran complicidad...