Atada (capitulo 8 sonia)

Reaparece Sonia, la ex de Cristian, dispuesta a recuperarle. ¿Se rendirá él a sus encantos?

Este relato es parte de una serie que empieza en este capitulo: http://www.todorelatos.com/relato/111056/ y sigue en los siguientes: http://www.todorelatos.com/relato/111134/, http://www.todorelatos.com/relato/111215/, http://www.todorelatos.com/relato/111354/, http://www.todorelatos.com/relato/111520/, http://www.todorelatos.com/relato/113295/, http://www.todorelatos.com/relato/113871/

Llamé a la puerta del despacho /de Cristian y oí que me dijo que pasara. Al

verme completamente vestida me pre...

ATADA VII El club

Cristian lleva a Ana a un club bdsm y le presenta a algunos de sus amigos. ¿Que pasará en el club? ¿Lo harán delante de todos como desea Cristian, o Ana se resistirá?

Luego vi que Cristian había cogido unas esposas de cuero que tenían unas

tiras de colores y me explicó:

  • Estás tiras significan que eres mi sumisa y que nadie puede tocarte sin

mi permiso.

  • Afirmé con la cabeza y ambos pasamos al interior del club. La zona en la

que entramos era como un pub o una discoteca, tenía una pista de baile

en el centro y un par de barras a los lados, y luego había unas cuantas

mesas con bancos alrededor de la pista de baile. Desde una de...

Atada vi (un oscuro deseo)

Max quiere volver con Ana, pero Ana no quiere saber nada de él.

No te preocupes, no estaré, te lo prometo – me dice Max a través del

telefono.

No tenía demasiadas ganas de hablar con él después de lo sucedido en

nuestra antigua casa, pero necesito ir a recoger las cosas que todavía quedan.

  • Esta bien, no lo olvides, esta tarde a las seis.

  • Vale.

Cuelgo y Cristian me pregunta:

  • ¿Qué te ha dicho?

  • Me ha prometido que no estará.

  • Bien de todos modos, será mejor que te acompañe.

  • Sí, gracias, eres un sol – le...

Atada v

Un tenso reencuentro con su ex, Cristian que intenta hacer que se relaje y un castigo que finalmente tendrá que cumplir.

El castigo

Estoy sola en la que desde hace tres días, es mi antigua casa. Max no está, y yo estoy recogiendo mis cosas, mi ropa, mis discos, mis joyas, etc. Por un lado  me siento triste por dejar atrás una parte de mi vida que hasta cierto punto ha sido feliz, pero por otra me siento feliz, por empezar un nuevo camino con Cristian.

De repente, el ruido de la llave en la cerradura me alerta, salgo al pasillo y cuando se abre la puerta le veo, es Max.

-         ¿Qué haces aquí?

- ...

Atada iv

La actitud de Max empieza ser algo extraña para Ana. Y en la soledad de la noche, llama a Cristian entre ellos el juego como siempre llega a lo más erótico.

CAPITULO 4 ¿Quieres que te folle?

Llegué a la tienda cuando eran justo las seis y cinco de la tarde, era la segunda

vez aquella semana que podía salir temprano y había decidido que iría a

buscar a Max al trabajo. Por el camino iba recordando cada uno de los

momentos vividos con Cristian. Después de que me hubiera pedido que fuera

solo suya, hacia un par de días, nuestra relación se había intensificado en

todos los aspectos. Iba pensando en como podría sacar el tema a...

Atada III

Cristian atiende a una clienta y Ana escucha parte de la conversación lo que provoca los celos de Ana. ¿Tendrá un castigo?

CAPITULO 3 ¿Celosa yo?

Revisé los libros de contabilidad de la tienda por enésima vez, y de nuevo me salían perdidas.

-         Max, vamos a tener que poner dinero otra vez – le dije a mi marido mientras cerraba los libros.

-         Maldita sea – protestó Max – No lo entiendo.

-         No sé, Max, pero no podemos seguir poniendo dinero en tu negocio – le dije.

-         Lo sé, pero cariño, ya no sé que más podemos hacer. No quiero dejarlo, es mi negocio, he luchado mucho por...

Atada ii

Cristian decide torturar a Ana y llevarla de paseo a la tienda de fotografias de su marido Max ?ue pasará, se dará cuenta Max de todo lo que pasa entre Cristian y Ana?

CAPITULO 2 No me hagas eso

Me apoyo sobre el fregadero pues el movimiento lento del vibrador no me deja mantenerme firme, es demasiado para mí, sentir el placer así, a ráfagas. Cristian desnudo y sentando en la mesa frente a su café de después de comer, manipula el mando a su antojo; mientras yo trato de fregar los platos, pero la tarea se hace difícil cuando un vibrador colocado entre las piernas se mueve cada x tiempo haciéndome estremecer de placer. A Cristian le encanta torturarme de esta manera,...

Atada

Estar atada y pendiendo de una cuerda puede ser excitante, pero aun lo es más lo que puede suceder después. Ana trabaja como asistenta para Cristian, pero en realidad sus relación es algo más que la simple relación entre jefe y asistenta. El sexo juega un importante papel en su relación, una relación que irá más lejos de lo que Ana nunca soñó y en la que Cristian le descubrirá aspectos de si misma que jamás pensó que existían y la hará sentir libre a pesar de que le guste atarla.

CAPITULO 1 El invitado

  • Cariño, ya estoy en casa – oí su voz desde la habitación y eso me despertó

un poco.

Me dolían los brazos, que seguían suspendidos de las cadenas, también me

dolían las piernas, en realidad me dolía todo el cuerpo, ya que llevaba unas

cinco horas allí colgada, desnuda y con los ojos vendados. Oí sus pasos

acercándose a la habitación, y luego la puerta se abriéndose y a él que seguía

acercándose a mí. Podía imaginar su cara de satisfacción y d...

Dos hombres distintos

Amigos, amantes. Un marido que no es como ella quisiera, un amante que la hace estremecer.

Su mano se desliza por mi pierna, sube; asciende por mi muslo ahora. Mi cuerpo se estremece, ese simple contacto ya me pone a cien y hace que mi sexo se moje, se llene con mis jugos. Paco, mi marido, sentado a mi lado, es ajeno a todo; también Cristina su mujer, que está sentada junto a él. Nada saben ambos del jugueteo al que me está sometiendo mi jefe. Ahora su mano se mete entre ambos muslos y llega por fin a la frontera de mis braguitas, siento como con su índice acaricia suavemente mi rajita por encima...

La venganza IV (cómemela como tu sabes)

- ¿Qué te ha dicho Elba? ¿Lo habéis dejado definitivamente? - Sí, esa putita me ha dado el pasaporte, pero no la necesito para nada.

Negué con la cabeza mientras nuestros cuerpos se pegaban el uno al otro.

-          Que mi putita me la coma en el ascensor.

-          Estás loco – mascullé, pero sin darme tiempo a más. Tomás ya me había empujado de los hombros para que quedara arrodillada a la altura de su sexo y se estaba desabrochando la cremallera del pantalón.

Le miré excitada, y enseguida noté su polla semierecta sobre mis labios.

-          Venga, putita, pórtate bien y cómemela como tu sabes – susurró.

...