Me Empezó a Gustar
Sólo tienes que mirarme el conejo. Porque éste puede revelar el tiempo que hace que ha aceptado la penetración de un pito. ¿Eres tan experto, ligue de mi hermana?.
Realmente los pormenores de esta historia no interesan mas que a la que suscribe. Si me decidí a escribirla es por una visión de solidaridad con las necesitadas, con las estrechas del mundo que como yo y por presiones sociales se embaucaron en aventuras sexuales a destiempo y con resultados a menudo desastrosos.
Amiga mía, estrecha y tachada de frígida. Todavía no he dejado de pensar en los hombres como bestias sin alma y esta historia no es más que una experiencia agridulce. Quiero...