Antes de comer
Un encuentro en el ascensor con una antigua vecina propicia un caliente encuentro en un cuarto trastero.
ANTES DE COMER
Ayer fui a comer a casa de mis padres. Viven en el último piso de un edificio de 14 plantas, por el centro.
Monté en el ascensor, y compartí trayecto con un chaval que se bajó en el segundo, y con una mujer que vivía en la puerta de al lado de mis padres. Yo la recordaba perfectamente porque hasta hacía 5 años, era también mi vecina. Tendría unos 60 años, pelirroja, de melena corta, delgada, pero con dos enormes pechos marcándose tras su chaqueta. Nos solíamos saludar cordial...