Tren nocturno a Nueva York

"-¿Tienes a alguna amada?" "-N-no." "-¿La has tenido y te engañó?"

1926

-¿Está ocupado este asiento? –preguntó el joven abriendo levemente la puerta del compartimento.

-No, adelante–respondió la mujer.

-Gracias.

El joven entró en el compartimento del tren con su maleta, desgastada por el uso, y la colocó en la repisa sobre el que iba a ser su asiento. Miró brevemente por la ventana y a la mujer antes de sentarse. Sacó su libro de su bolsa de viaje, donde llevaba poco dinero y algunos documentos, y comenzó a leer. El viaje era largo, tomando seg...

Internas: Noemí (I)

-"¿Confías en mí?"

Rodrigo era un hombre serio, cuya presencia imponía respeto y autoridad. Sus acciones, las conocidas al menos, eran intachables, y se esforzaba en que siguiese siendo así, pues en su trabajo eran muy importantes las apariencias de cara al público. Su carrera política despegó antes de cumplir los treinta años, y poco a poco se había ganado su posición y su imagen. Había sido duro, por eso no permitiría jamás que nada ni nadie pudiese entrometerse en sus asuntos.

A sus cincuenta y cuatro años debía admi...

Internas: Paula (I)

En un fin de semana pueden cambiar muchas cosas, muchos destinos... Y el primero que cambia es el de Paula...

NOTA: Estas historias ocurren durante un fin de semana, desde la tarde de un viernes hasta el anochecer del domingo. Los días, el mes o el año, realmente no tienen importancia, solo lo que ocurre durante ese tiempo…

El internado de Santa Catalina estaba situado en una zona montañosa, de no muy difícil acceso, y a solo una hora de la gran ciudad y la playa. A ese internado acudían las hijas de las familias más adineradas por la amplia oferta académica que ofrecía y los profesionales que estaban si...

Tania (IV)

Final de la historia de Tania. (Siento haber tardado, es difícil acabar una historia).

La comida en mi boca se hacía cada día más insípida. Solo pensaba en mi violador y en todo lo que me había pasado. La palabra era cada vez más fácil de escuchar, de decirla mentalmente para mí misma. Era una realidad, un hecho que me había ocurrido y el cual ya no podía cambiar…

Había tirado con rabia el botecito con la asquerosa mezcla que el cabrón me había dado para dejarme inconsciente, mientras sentía el dolor de mi ano. En realidad, no era tanto dolor lo que sentía como molestia… sí, como si me...

Tania (III)

Esta vez, el desconocido violador llegará muy lejos...

La brisa anunciaba un día  más primaveral que veraniego. En la terraza de la cafetería donde estaba sentada, el murmullo llenaba el ambiente. Se respiraba tranquilidad, pero yo estaba inquieta. ¿Cómo había llegado a lamer el semen de mi violador? ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué me excitaba lo que me estaba sucediendo? Eso no era normal. Yo no era así… “ Yo no SOY así ”.

Suspiré. Mi hermana y mi madre estaban preocupadas por mí, y mi hermano intentaba sacarme algo de lo que me pasaba con bromas,...

Tania (II)

Tania volverá a escuchar la conocida voz del desconocido que la violó...

Tania (II)

La oscuridad me rodeaba. Tenía la vaga conciencia de que había objetos en esa habitación, pero no los veía. Solo notaba el calor, el insistente y penetrante calor. Ni siquiera podía pensar si me encontraba allí de pie o sentada, porque mi mente no se paraba a percibir esos detalles. Solo percibía el sonido de sus jadeos y la sensibilidad de mi coño.  Estaba violándome. Otra vez. El sujeto estaba ahí, no sabía si frente a mí, al lado, detrás o rodeándome, pero lo sentía. Apreciaba su pres...

Tania (I)

Una chica normal tendrá una experiencia que nunca imaginaría ni en de sus pesadillas... ¿o en sus sueños?

Cuando me dejó, no me lo pude creer. Y seguí sin creérmelo durante esos últimos 48 días. Había pasado por un montón de estados desde entonces: tristeza, ira, rabia, autocompasión… Hasta que mis amigas me zarandearon para que despertase de mi letargo depresivo y saliese a resucitar a la vida. Yo no quería, pero lo hice por ellas.

**Nos parábamos en los coches, para fijarnos en nuestro atuendo, poniendo poses provocativas y haciendo chistes verdes, que me hacían sentir mal, pues siempre me identifica...