Realidades VI (Final)

"-Tú eliges, Sara…-susurró amenazadoramente.- Puedo hacerlo poco a poco o de una sola vez…"

Todo el mundo tiene secretos, y todos los secretos pueden clasificarse entre los que nos llevamos a la tumba y los que necesitamos contar en algún momento para sobrellevar la carga de los mismos. Samuel sabía eso por experiencia propia. Al igual que el resto de sus compañeros, conocidos y vecinos del barrio tenía mucho en su cabeza que nunca le contaría a nadie, al menos cuerdo.

Nadie le preguntaba, y él no le preguntaba a nadie. Era una máxima en aquel barrio. Sin embargo, la desconfianza era lo que...

Realidades V

“-Entonces… deja que te folle yo ahora…”

Los objetos cayeron al suelo estrepitosamente, pero no importaba mucho. Damián subió a Sara a su escritorio mientras ella le desabrochaba los vaqueros. Él llevó sus manos por debajo del vestido de la chica y tiró de las bragas hasta que las rompió.

-Idiota, son las terceras que me rompes –le recriminó ella empujándolo en el pecho.

-Es la adrenalina, Sarita. Si no tardases tanto en venir por mí y por mi polla, no tendría tanta acumulada –dijo él mientras se las llevaba a la nariz para olerlas.

...

Internas: Paula (II) – Por la mañana

Quería volver a sentirlo. ¿Por qué no? Ya estaba todo hecho, no podía empeorar hacerlo una segunda vez.

Un horrible peso aprisionaba su cuerpo haciéndola sentir encerrada. El dolor estaba en alguna parte, pero no sabía dónde, ni tampoco le importaba mucho en esos momentos, solo quería que esa enorme loza que la aplastaba se retirase. ¿Por qué nadie la ayudaba? No tenía voz, pero ni siquiera intentó hablar ni pedir ayuda, al menos al principio.

Había pasado… no sabía cuánto tiempo, intentó emitir algún sonido, y se percató de la aridez de su garganta. Le molestaba un poco, no recordaba estar enferma, per...

Internas: Paula (II) – Por la tarde

Ella no tenía prisa, ni fuerzas tan siquiera. Todo estaba hecho ya, no importaba mucho lo ocurrido. Se preocuparía después, en ese momento no le apetecía simplemente.

Cuando despertó, sintió las piernas un poco entumecidas. Miró hacia la ventana y no vio mucho cambio en la luz del sol que entraba, así que dedujo que no debía haber pasado mucho tiempo desde que se quedó dormida. Viendo los rayos que entraban en la habitación, recordó lo ocurrido… no supo cuánto tiempo antes.

No se sentía dolorida como esa mañana. Al contrario, se sentía bien, le había gustado mucho lo que había experimentado con Hugo. Pero aun así quería respuestas. Se levantó y se dirigió a la sill...

Internas: Irina (I)

Irina cae en las manipuladoras manos de una cínica mujer...

Olga Ferrer se sentó a esperar en el despacho del tutor de la chica, Irina Babiak. Miró alrededor, viendo los elegantes muebles, las vistas de la ciudad a través de las ventanas, el aire regio de la estancia que era prácticamente un calco exacto a pequeña escala del que se respiraba en el resto del edificio…

La puerta se abrió y una chica rubia y alta entró seguida del joven tutor cuyo nombre no se molestó en aprender. Se la veía tranquila y serena, hasta que se percató de su impotente apariencia, res...

Realidades (IV)

"-Casi me siento un poco violado, Sarita…".

Debería pintar el techo, las marcas de los posters que había pegado cuando era más pequeño se repartían por todo el espacio. Hizo memoria y recordó casi todos los que había pegado en tan solo unos pocos segundos, insuficientes para él.

Los acontecimientos se precipitaron en su mente, masturbar a Sara, metérsela a traición, follársela hasta que pidió más, sentir como se corría ella, los estremecimientos de su coño mientras lo exprimía, la sensación de paz y tranquilidad que llenó sus cuerpos… hasta que...

Realidades (III)

"-Estoy solo, Sarita, ¿seguro que quieres entrar en la boca del lobo?" Ella le dio una sonrisa de niña buena, llevando a la mente de Damián a los sucesos del día anterior. "-Precisamente, vengo por la boca del lobo."

Sara estaba despierta desde antes que sonara la alarma, aunque realmente apenas había pegado ojo esa noche. Solo se limitó a mirar por las rendijas de la persiana al exterior, observando la tenue claridad del amanecer. Intentaba no pensar, olvidarse de todo, pero era difícil. Su padre había vuelto, y con él, los recuerdos y la realidad.

Hizo memoria y contó, eran trece los días que había pasado sin verlo, evitándola él a propósito. Había recaído otra vez, y la mirada perdida en esas pupilas dilatadas...

Realidades (II)

"-No te hagas la tonta conmigo, Sarita. Sabes a lo que me refiero…-ella le dedicó un encogimiento de hombros con una expresión de extrema duda.- Muy bien, si quieres que te muestre lo que sé de ti…"

La luz del mediodía entraba por las ventanas y llenaba el aula, al igual que la brisa de la primavera. Aquel día no estaba siendo particularmente caluroso, algo extraño, y el suave viento que jugaba con las hojas de los libros y de los cuadernos era más gélido de lo normal. Algunos se quejaron, sobre todo algunas chicas, y se cerraron las ventanas para que la clase pudiese continuar… Pero Damián no cerró la suya. Se ganó algunas miradas furiosas, pero no iba a hacerlo y nadie iba a discutírselo por el humor...

Realidades (I)

"-Y la lengua. La lengua también es muy importante. Mira que no saber eso… Pareces una novatilla… Pero me siento generoso, si quieres impresionar a algún tío, yo me ofrezco voluntario para que ensayes conmigo."

Había días… y días. La diferencia estaba en la paciencia que tuviese Sara para aguantar a Damián. Ella había estado muy bien hasta que él había empezado a hablarle.

-¿Un chupa-chups? ¿Practicando ya para el próximo fin de semana? –Preguntó él.

-Es un poco viejo ese chiste, ¿no te parece? Aunque claro, no se puede esperar nada muy original de ti…

-Con esos comentarios de sabionda no vas a conseguir a muchos tíos… Pero tranquila, creo que si mantienes tu boca llena y ocupada no se entenderá...

Internas: Mei (I)

“Algo en su cerebro le ordenaba que cerrase los ojos para no mirar lo que pasaría a continuación, pero se sentía incapaz de hacerlo. Puede que por eso que el ser humano llama esperanza… la esperanza de que no le haría lo que ella tanto temía…”

Los pasillos parecían infinitos mientras se dirigía al despacho del Señor Castizo, su profesor de Lengua y tutor, quien estaba reunido en ese momento con su avalista educativo.

La escalera que conducía al primer piso, donde estaba el despacho del Señor Castizo, estaba frente a ella, pero al subir el primer escalón, una voz la llamó. Se giró y vio a Emiko, una alumna mayor que ella que cursaba su último año de bachillerato, acercarse a ella, corriendo. A los pocos segundos estaba frente a ella, a un es...