Carolina y su hijo espía
Una mujer felizmente casada empieza a mostrar interés por los hábitos de su hijo tras espiarla en la ducha
Carolina salió de la ducha y comenzó a secarse con la toalla. Se percató de que la puerta del baño estaba entreabierta, lo que la sorprendió porque estaba segura de haberla cerrado, aunque no de haber puesto el seguro. Se acercó a la puerta y, asomando sólo la cabeza, miró por el pasillo, sólo apreciando que la luz de la habitación de su hijo, Martín, se filtraba por debajo de la puerta, lo que era raro, ya que se había ido a la cama hace bastante rato y le suponía dormido por las horas que eran. Cuando ter...