.las sogas de cuero dejaron de ser un impedimento en las manos de mi madre, Giusepe, saco su pija y miro a su hermano…… el italiano gemelo comenzó a babearse en un acto de desesperación y calentura…..se desnudo ante la atónita mirada de mi madre, la infeliz nunca pensó que ahora tendría que coger con los dos…..

Pepino como le decíamos en el barrio….. ahora me explicaba en forma pract6ica porque de su apodo…..el pepino lo tenia entre las piernas, largo y grueso….. casi diría como la que algun...

Tenia yo por entonces cerca de diez años, mi madre una mujer de 28 años latina, unos buenos pechos y un trasero que se mostraba prominente, ya que nunca se lo había podido observar, mi padre, diez años mayor que ella, con un matrimonio anterior y algunos conflictos, hasta ahí la cosa siempre fue de una familia tranquila…… pero en el barrio donde vivíamos había un repartidor de leche, italiano, de unos 40 años diría yo, con un hermano gemelo, "los tanos " como le conocíamos todos, sin poder diferenciar...

La gran faena estaba terminada en partes, este albañil grosero e inmundo pero con una buena pija había taladrado mi culo, yo una gran señora, en mi lecho de matrimonio me relajaba del hecho consumado

El gringo lentamente me dio vuelta en la cama, acerco su pija a su boca, y a buen entendedor pocas palabras, comencé a lamer los restos de semen de esa masa de carne que parecía morirse…..pero semental joven… pronto lo puso a punto….. Me abrió de piernas y lentamente me fue pasando la cabeza del ari...

Todas tenemos dudas no.....?....vamos directo al tema, algunos problemas personales me había alejado de la cama con mi marido, la abstinencia no es mi fuerte, ya había probado las mieles de la infidelidad y el sabor no me era rechazado por mi cabecita. Enfrente de mi domicilio vivía un muchacho muy atlético, inculto, albañil, amante de la bebida, pero con un porte que con solo verlo mojaba mi tanga, como podría hacer para no bajar de mi pedestal de señora y madre inmaculada, y atreverme a morir en los...

Esto me ocurrió cuando tenia 27 años, con dos hijos pequeños, casada con un hombre diez años mayor que yo vivíamos en el noreste de la Argentina el Gerente de una importante empresa, a pesar de los cuidados de los niños no había mucho que hacer en la casa, lo que me dejaba mucho tiempo para aburrirme, como el siempre tenia reuniones de negocios me propuso instalarme una rosticería en el pueblo donde vivíamos, me gusto la idea y de la noche a la mañana el negocio comenzó a marchar.

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