Seis de la tarde, hora de cerrar el zoológico, hacía menos de
un mes que Kathy había tomado la administración solo por ser hija de uno de los
accionistas, y desde el inicio tuvo error tras error.
Ella era una joven veterinaria, recién egresada, unos 22
años, debido a que su familia tenia dinero, gran parte de su vida la había
dedicado para cuidar su cuerpo, de dos a tres horas de gimnasio diario le
permitían tener un cuerpo exquisito, unos pechos no grandes ni pequeños, pero si
redondos, pequeña...