Sexo sin barreras matrimoniales - VII
Cuando mi esposa, sonriendo, separó sus glúteos para que yo viese el enorme agujero que la gruesa polla de Pepe le había hecho al follarla tan salvajemente, y cómo desde ese cráter anal salía su espeso y abundante esperma, supe que ya nunca abandonaría su nueva vida sexual. Nuestro matrimonio ya no era de dos.
Hola de nuevo. Como recordareis de mi relato anterior (Sexo sin barreras matrimoniales-V), al hablar con Amparín y decirle que mi novia no tendría inconveniente en tener relaciones sexuales con sus tres amigas del alma, abrí la veda para que ellas tres (Amparin, Pilar y Felisa) se lanzaran al ataque de mi virginal novia en el arte lésbico. Esa misma noche se llamaron las tres amigas y a quien le tocó el primer lugar del ataque sexual fue a Pilar, que curiosamente, fue la única con la que Amparo tuvo una med...