Ginger (IV)

Última parte de Ginger, el relato de como una pelirroja cambió mi vida

La semana pasó rápido. Yo había dejado aparcado el trabajo, pero volvió a mí en el mismo instante en que atravesé la puerta de la oficina. Cuando llegaba a casa estaba agotado. Se suponía que debería haber ahorrado fuerzas el fin de semana, pero me había agotado y las horas pasaban muuuy lento. Hasta mi madre estaba preocupada y vino un par de días a ayudarme con las cosas de casa y dejarme la nevera llena de tuppers que devoraba al llegar. Lo siguiente era desnudarme por el camino y meterme en cama. El vie...

Ginger (I)

No sabía lo que era el amor hasta que una pelirroja entró en mi vida

Hoy es sábado, no tengo ningún plan más allá de ver una película en casa y descansar. La semana se me hizo cuesta arriba con tanto trabajo, y estoy cansado. Un día de relax no viene mal.

Cuando estaba en Netflix buscando algo medio decente para ver llaman a mi puerta. Voy al teleportero, veo que Hugo está abajo y le abro. Hugo es mi mejor amigo. Es la persona a la que le puedo contar cualquier cosa y consigue hacerme reír siempre que nos vemos.

Le abro la puerta en calzoncillos, pero qué coñ...

Ginger (II)

Continuación de Ginger (I), la pelirroja sigue volviéndome loco

Me desperté con una erección espectacular. No es raro, algunas mañanas me pasa, pero mi erección estaba muy calentita. Abrí los ojos y distinguí un pelo rojo como el fuego a la luz del sol que entraba por la ventana. También vi sus hombros, su espalda, su cintura y por último lo que estaba encerrando mi erección. Su culo. Un culo prieto, sin el más mínimo signo de celulitis. además me fijé que en la espalda tenía dos preciosos hoyuelos, justo encima de sus nalgas, perfectamente marcados.

Me escurrí...

Ginger (III)

Continuación de Ginger (I) y Ginger (II). La pelirroja me las va a pagar

Empezó a suplicar:

  • Ángel, Angelito, Lito, igual me dejé llevar un poco.
  • Igual sí. Devuélveme mi bañador. No quiero dar un espectáculo a los vecinos.
  • Más espectáculo estoy dando yo con este par al aire. Venga guapetón, sal y te acerco una toalla. ¿Fumamos la pipa de la paz? - Él bufó. - Vamos, no te enfades, todo fue una bromita, además tú has empezado.
  • ¿Cómo que yo he empezado? Yo sólo recogí lo que a ti se te cayó. - Dijo con una media sonrisa. -
  • Has empezado tú, al darme un bikini tan peque...