Quince deseos para Thomas
A veces el amor y la razón no van de la mano...
Después de una inoportuna llamada de tu cordura, me levantaste en tus brazos y me colocaste en la inmensa cama que se encontraba en el segundo nivel, me depositaste allí cual novia en su primera noche de bodas, me pregúntaste si deseaba algo más, a lo que respondí que un baño caliente en la tina, después de besarme plácidamente en mi frente, te dirijiste a prepararlo, me pediste que cerrase los ojos para llevarme, al abrirlos me sorprendiste gratamente, el baño estaba inundado de aromas de rosas, la espuma...