Embarazada por mi hijo
Segundo encuentro
No recuerdo en qué momento mi hijo y yo perdimos el contacto, ni cuando me quede profundamente dormida. Pero desperté apenas amaneciendo. Por un momento pensé había tenido un delicioso pero prohibido sueño, pero al vernos tan cerca y desnudos, y la pegajosa humedad entre mis muslos, me golpeo dolorosamente la realidad, llorando corrí a darme un baño, como si así borrara el pecado.
Esa semana mi hijo y yo antes tan unidos y afectuosos, solo cruzábamos pocas palabras, en una tensa calma, que para el sáb...