Ese dulce y delicioso fruto prohibido 1
Dicen que las primerizas, aquellas mujeres casadas que son infieles por primera vez, y más aquellas que ya tienen más de 45 años, cuando cometen su primer adulterio suelen aparentar cierto recatado y pudoror al principio de la relación extramatrimonial. También dicen que cuando su primer amante logra romper aquel débil primer cerco, aquella ligera envoltura engañosa de recato y de pudor, se liberan desatando a la puta, ardiente y fogosa, que toda mujer lleva adentro.
1- Amanecer de una noche agitada
Una mujer de mediana edad acaba de ducharse. Ella lleva su largo y ensortijado cabello castaño rojizo, húmedo y desordenado y una toalla anudada sobre sus pechos, cubriéndole sensualmente su blanca, madura y voluptuosa desnudez. Cuando sale de su baño en suite, de camino hacia su dormitorio matrimonial, sus pies descalzos de uñas pintadas de rojo carmín- van dejando una ligera y zigzagueante estela de huellas húmedas e impunes sobre la mullida alfombra beige.
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