Por fin me atreví
Después de tanto desearlo, por fin me atrevía a experimentar la zoofilia.
Es la primera vez que me atrevo a escribir sobre algo tan íntimo, pero siento el deseo de hacerlo y compartir con ustedes lo que tanto quería experimentar. Y es que desde que descubrí el tema de la zoofilia, la idea de practicarla se apoderó de mi mente; se hizo algo casi obsesivo. Los relatos que leía me resultaban tan excitantes como increíbles: imaginarme montada por mi propio perro, abotonada y arrastrada por él me extasiaba a morir, tanto que hasta en el trabajo terminaba con los calzones mojados...