Mi marido infiel (1)

Con cierto disimulo, levanté la falda, desplacé la braga a un lado y me toqué la vagina, llenando mis dedos de jugos.

Mi marido infiel (I)

La historia comenzó cuando Juan, mi marido, me relató, en un acto de sinceridad, la relación sexual que tuvo con una compañera de trabajo en una las cenas de empresa que solían celebrar. Al día siguiente de celebrarse ésta, Juan, con cargo de conciencia, me dijo lo que aconteció: Mira Eli, sobre las 2 de la madrugada, estaba bailando con Patricia, "Una compañera de trabajo a la que conocía desde hacía muchos años, tanto a ella como a su marido". Es rubia, de estatura media,...

Sorpresas te da la vida (2)

Alicia se volvió, se situó de rodillas delante de mí y puso un pecho en mi boca que lo lamí con desesperación mientras metía mi mano para acariciarle el culo.

Sorpresas te da la vida (II)

Casi dos horas estuvimos charlando sobre las impresiones que teníamos de la experiencia vivida. Ellas continuaban desnudas y mirándose de manera que todo hacia presagiar que no había sido un calentón esporádico y que ahí iba quedar todo. Comentaban lo delicioso del sexo femenino, que no esperaban que fuese tan placentero comerse un coño y que sentían lástima de haber perdido tanto tiempo para probarlo. - De haberlo sabido, no te hubiese dejado ir sin comértelo aquell...

Sorpresas te da la vida (1)

Nunca me pereció tan bello un 69. Boca contra sexo, las piernas abrazándose el cuello mutuamente, impidiendo que se despegaran un solo segundo.

Sorpresas te da la vida (I)

Mi nombre es Juan, 35 años, mi mujer Alicia, de 32. Somos un matrimonio de lo más normal. Los dos trabajamos y vivimos en una casa hererada de mis padres, por lo que no tenemos agobios económicos . Nuestra vida sexual es satisfactoria, aunque después de tantos años juntos, tenemos que agudizar nuestras mentes para no caer en la monotonía. Los fines de semana no trabajamos, así que lo dedicamos a viajar por las ciudades cercanas y así disfrutar de otros lugares y aprov...

Pequeño Hiro

Pequeño Hiro, notando las palpitaciones de tan largo tronco, presagiando la inminente corrida, le pidió a su hombre que le dejara chapársela.

Pequeño Hiro.

Pequeño Hiro, fue en un principio un tío macho, de esos que cargan sobre sus espaldas las bondades de la naturaleza, de los que creían que el hecho de nacer hombre le daban la posesión de la mujer. Sí, así fue Pequeño Hiro.

Fue un tipo duro con las mujeres, y sumiso con sus amiguetes machotes. Alardeaba de cómo follaba a toda mujer que se le presentaba: "…ella gritaba entre lloros, pero yo seguía metiéndosela por el culo, diciendo calla zorra, que molestas a tu señor…", ante...

Sexo en blanco y negro

Mis pechos erguidos, mis pezones salían de la aureola, tensos. Mi sexo parecía cantar por los leves chasquidos que producían sus palpitaciones.

Sexo en Blanco y negro

Aquella tarde de aliento frío, adornada con un crisol de colores regalados por el sol en su huída tras las montañas, prometía ser tan anodina y solitaria como tantas tardes desde que él me dejó, sin avisar, dejando como único legado un corazón hecho añicos y un manantial de lágrimas que no dejaba de manar con su recuerdo. El susurro de las olas del mar parecía hablarme. Contaban su felicidad junto a ella, la escasa huella que dejaron mis besos en él, lo ilusa que fui imagi...

Merecida infidelidad

Creo que era una nube donde me encontraba cuando sentí su miembro frotar mi clítoris, antes de abrirse camino hacia mi interior.

Merecida infidelidad

Mirian es una hermosa mujer de 38 años, compañera de trabajo con la que he podido intimar en los últimos tiempos por coincidencia en las tareas laborales. Su historia es bien sencilla, además de monótona. A pesar de tener estudios universitarios y de los cambios que en la mentalidad de la mujer han acaecido en España, ella sigue teniendo unas ideas tradicionales en cuanto al matrimonio, el sexo, la infidelidad y otros tópicos. Bien cierto es que esto es debido en gran parte...

Maribel y yo, sexo entre mujeres

Ni que decir tiene que me quedé extasiada, mojada, sintiendo mis jugos atravesar la fina tela de mis braguitas, cayendo por mis muslos. Qué extraña sensación, ni con un hombre me había puesto así jamás, sin que existieran tocamientos previos.

Maribel y yo, sexo entre mujeres.

En cuanto llegué comprendí que mis deseos de relajarme en lo físico y lo psíquico serían de plena satisfacción.

Sobre las 11:30 a.m. llegué al hotel, situado en pleno corazón del parque natural Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén). Después de registrarme en recepción, subí a la habitación para acomodar el equipaje, tomar una ducha y salir a dar un paseo por los alrededores, a modo de toma de contacto con el entorno de lo que sería los cuatro días e...