Escuela de obediencia 3
Siguen las aventuras de Madeleine y su tutor.
Mi tutor me miró, esperando a que me acostumbrara al grosor del dildo y asintió cuando yo le asentí.
—Muy bien, levántate entonces. Vas a mamar ahora. – Él se acomodó sobre la silla de su escritorio, la cual había movido un poco más allá del escritorio y me miró, esperando.
Nunca había tenido nada metido en mi culo, pero debía aceptar que esto se sentía realmente bien. El morbo me tenía vuelta loca y solo quería seguir disfrutando de lo que me iba a hacer este hombre, incluso aunque no sabía lo...