Un detalle

-¿Nunca te han dicho que no se le debe decir a una mujer qué puede o no puede hacer?-...

Todavía resonaban los brindis, las risas, los ecos del cumpleaños feliz que me habían cantado haciendo que nuestra mesa fuera el foco de atención del restaurante. Al final había convencido a casi todos, un par de chicos del almacén con los que tenía menos confianza se habían escabullido, pero ahí estaban Juanmi y Luisito, y nosotros tres de la oficina; Marimar, un poco la madre de todos en la empresa, y Sara y sus ojos verdes que nunca me miran como yo quisiera. Faltaba Ramón, el jefe, que no iba a pasar po...

Citius, altius, fortius

No es lo mismo correr que correrse...

Mi marido corre maratones populares. Yo no, pero lo acompaño en unas escapadas que, si bien no me atrevería a calificar de románticas, al menos me sirven para conocer distintos lugares de la geografía nacional. Así ocurrió aquel fin de semana que ahora os cuento, cuando nos desplazamos a una ciudad costera, él para intentar mejorar sus marcas aprovechando las facilidades del recorrido y yo para cambiar de aires durante un par de días. El sábado lo pasamos juntos, alternando algún paseo por la localidad con...

Microantología Incompleta Vol. VII Pornesías

Recopilación de pequeñas poesías de temática amorosa-erótica.

En el amor y en la guerra

Desnudos y entre palabras

hablar del pasado

se convierte en un campo minado

en el que los silencios

silban como balas

cuando pasan entre cuerpos

heridos de metralla.

Sé que hay heridas

que no se muestran en la cara

pero desangran en el alma.

Sé que a todo buen soldado

le acompañan los fantasmas

de guerras que terminan

con largos domingos de noviazgo

Pero también s...

Mi primera vez

Con la confianza que nos tenemos después de este tiempo, os tengo que confesar algo... ¿Realidad o ficción?

Con la confianza que nos tenemos después de este tiempo, os tengo que confesar algo. Me muero de vergüenza, pero creo que ha llegado el momento de reconocerlo: mi primera vez fue con una prostituta.

Supongo que no soy el primero, ya lo sé, y que hay cosas peores, pero en fin, no es algo de lo que uno esté muy orgulloso y cuesta reconocerlo. Imagino que llevaba mucho tiempo esperándolo y me moría de ganas por follar; era el camino más sencillo. Además, la chica estaba espectacular; había visto alguna...

Regadío

Una historia de amor y sexo en esa edad difusa entre la madurez y la tercera edad...

Otra cosa no sé, pero comer, hay que reconocer que aquí se come de maravilla-

dijo, y echándose hacia atrás en su asiento amagó con soltar el botón de su pantalón y dejar libre su madura barriga. Su Antonia, Paco y Luisa, la pareja con la que comparten mesa, mantel y viaje ríen su guasa. Minutos después la broma dejó de ser tal, y la pesadez de su estómago se alió con el calor y el sopor vespertino e hizo aconsejable pasar esas primeras horas de la tarde en el hotel. Las dos parejas se volverían a junta...

El Culo

Ese culo a él le parecía simplemente el Culo. Podía haberlo llamado trasero, pompas, nalgas, pandero o incluso cola en honor a sus amigos argentinos, pero definitivamente la palabra que mejor lo definía era exactamente esa: culo. Tenía la sonoridad y rotundidad adecuadas...

Ese culo a él le parecía simplemente el Culo. Podía haberlo llamado trasero, pompas, nalgas, pandero o incluso cola en honor a sus amigos argentinos, pero definitivamente la palabra que mejor lo definía era exactamente esa: culo. Tenía la sonoridad adecuada, y además recogía la rotunda sensualidad del cada vez mayor protagonista de sus sueños. No conocía ese culo. Ni en el sentido bíblico ni en el sentido terrenalmente más pasional. Podía decir que le resultaba conocido tan sólo de vista. En realidad podía...

Día tras día desesperadamente

A falta de nuevos relatos, os traigo otro que ha permanecido inédito durante muchos años, más de diez. Seguramente hoy lo escribiría distinto, podía haberlo corregido, pero he querido dejarlo tal cual lo escribí entonces. Y sí, es triste, aunque espero que también os resulte excitante.

Desde que me separé todos mis días se parecen desesperadamente. Y a lo que más recuerdan es al agua retenida en una fregadera que al quitar el tapón corre irremediablemente al desagüe. Aunque sepa que estoy dejando ir mi vida por el sumidero, no puedo hacer nada para evitarlo.

Me llamo María, y a la vulgaridad de mi nombre se asemeja toda mi existencia. Entre el trabajo, la casa y los recuerdos transcurren mis horas. Mi cuerpo es tan del montón que ni siquiera por ahí escapo de la generalidad. Ante l...

La fuente de la eterna juventud

Siempre lo he sabido, lo he tenido claro desde el principio, pero como tantos otros yo también me dejé llevar por convencionalismos, por el miedo a los rumores y al qué dirán. Incluso tuve una novia y me desvirgué con ella. Pero en el fondo sabía que aquel no era yo...

Siempre lo he sabido, lo he tenido claro desde el principio, pero como tantos otros yo también me dejé llevar por convencionalismos, por el miedo a los rumores y al qué dirán. Incluso tuve una novia y me desvirgué con ella. Pero en el fondo sabía que aquel no era yo, aunque me tratara de auto engañar, sentía que a mí me gustaba otra cosa. Cuando, de adolescentes, mis amigos trataban de ligar con las chavalillas del barrio yo les seguía el juego, pero mi mente estaba muy lejos de aquellas clasificaciones de...

Lunares

¿Una dominación de marca blanca?, ¿un fetichismo de marcas negras? No sé cómo definir esta historia. Digamos simplemente que es uno de los múltiples recorridos que pueden darse los lunares que pueblan un torso...

Dudo un instante. Está ya a mi merced, lo veo rendido, entregado, siguiendo con la mirada el balanceo de mis pechos al moverme; pero no, lo necesito aún más sumiso. Se deja hacer cuando agarro su brazo y lo levanto. Un fular espera ya atado al cabecero de la cama, luego basta rodear su muñeca y ceñir el lazo. Ríe y trata de besarme estirando el cuello. Insolente. No necesito de espejos para saberme con el rictus serio cuando repito la operación con la mano izquierda. Puede que no sea una experta, pero soy u...

Fin de semana con encanto

Una conversación anodina de Twitter ha traído a mi mente este relato que escribí hace años, muchos años, y que había permanecido inédito. Supongo que podría mejorarlo, corregir alguna cosa, pero sigue siendo fresco y me apetecía compartirlo, espero que os guste. Una historia entre el amor y el sexo.

Supongo que incluso a mí me habrá funcionado en alguna ocasión el aquí te pillo aquí te mato, pero tengo que reconocer que no es la tónica habitual. No soy especialmente guapo ni demasiado extrovertido, así que cuando de ligar se trata intentó jugar otras cartas. La de la insistencia fue la que funcionó en el caso que ahora os cuento.

Vivo solo y me tengo que ocupar de la casa. Una de las cosas que más me gusta hacer en este sentido, es bajar a hacer la compra. No sé, me relaja pasearme con el carri...