El sindrome de estocolmo
Una intensa historia de sexo y terror. Una historia sin grandes pretensiones culturales.
Quien no se ha mastubado alguna vez en su vida con una historia tan sobrecojedora como el síndrome de estocolmo. El Santo también ha tenido como suyas una impresionante aterradora historia de secuestro que se ha maquinado en su cabeza para su deleite en su más extricta intimidad. Todo ocurre en el pueblo costero donde vive. Un pueblo costero muy muy humilde donde solo se respira tranquilidad, y una armonía con el torno muy muy agradable. Vivo en una casita al pie de la playa rodeado de palmeras, la a...