Una madre comparte el paraíso con sus hijas.

Nadia, mi pareja sumisa, me pide que explique a sus hijas, Elena y Marga, cómo la someto y por qué ella lo necesita y disfruta. Poco a poco lo van entendiendo y cada vez quieren más.

La siguiente historia se basa en hechos reales y la cuento tal y como la recuerdo. Nadia, a quien he cambiado el nombre por motivos evidentes, la ha leído antes de enviarla y, salvo algún detalle, la recuerda más o menos así.

Conocí a Nadia a través de internet, chateando en una sala de BDSM. Ella había tenido alguna experiencia, no muy allá, debo decir, lo cual no impedía que estuviera totalmente enganchada a la idea de ser una sumisa ejemplar. Yo soy una persona metódica, y una vez que cogimos confi...

Elba, sumisa, por fin sé quién soy 2

Juan Carlos empieza a entrar en la mente de Elba, moldeándola poco a poco y dándole la forma que él desea a su propiedad, atravesando su primera sesión, aun suave, de hipnosis y control mental.

Cada día bajaba al bar de enfrente de mi oficina a tomar un café y despejarme un poco y cada día la encontraba ahí, sonriendo con la cara iluminada al verme aparecer. Me pedía un café y me sentaba a la mesa y charlábamos sin parar. Pintura, fotografía, cine, literatura, cómics,… había mil temas siempre encima de la mesa. Ella me sorprendía siempre con alguna cita interesante o algún relato y por supuesto, con esa capacidad asombrosa para plasmar lo que su mente estaba imaginando en cualquier pedazo de papel...

Elba, sumisa, por fin sé quién soy 1

Este no es un relato directamente sexual, sino que se centra en la evolución psicológica de Elba. Poco a poco va llegando al climax. Elba conoce a Juan Carlos y él le explica por qué se siente mal y que necesita liberarse de todo lo que la sociedad le ha metido en la cabeza y también de sí misma.

Conocí a Elba en un bar cerca de mi trabajo, donde tomo café casi a diario. Podría decir que fue por casualidad. Creo que ella hablaba con un amigo y discutían, y al terminar murmuró algo sobre los malditos auriculares que llevaba. Dirijo una empresa de tecnología especializada en audio por lo que no pude evitar acercarme a ella y hacerle un comentario:

  • Perdona, he escuchado lo que decías

  • ¿Mi conversación? - preguntó moleta.

  • ¿Qué conversación? - sonreí -. No, lo que has dicho sobre l...