La máquina del sexo

Nunca imaginé que aquel gimnasio tenía la maquinaria más moderna para ponerme en forma...

La Máquina por El Beso

Aquella tarde acabé pronto mi sesión en el gimnasio al que acudía tres veces por semana. Me gusta cuidarme y tengo un cuerpo en el que vale la pena invertir algo de esfuerzo, por lo menos las miradas que estoy acostumbrada a recibir así lo acreditan.

El verano estaba a punto de llegar y mi atuendo era el adecuado para no pasar demasiado calor y, de paso, levantar los ánimos de mis compañeros de sala. Mi short estaba muy ajustado y no me había puesto ni tan siquiera e...