¿Fue un sueño?

La furia pudo contigo, la lascivia te obligó... pero era solo un sueño, ¿verdad?

Lo notas, ¿verdad? Esa ira que es tan picante y tan ardiente como la excitación, esa erección que no se debe a una velada nocturna repleta de besos y caricias sino a fantasías perturbadoras y horribles que surgen del resentimiento y de la más pura ira. Te acuestas, con la cabeza humeante y los pensamientos macabros, pensando en lo esperanzador que se presentaba el día cuando comenzó.

Cuando comenzó de verdad, claro, después de que llegaras de trabajar, cuando encendiste tu móvil y abriste una de esa...

La Casa de Asmodeo 3

Bienvenido de nuevo al hogar de la depravación, al burdel más insólito de este terrible mundo. Descubra a las chicas a las que aún no ha conocido... en la Casa de Asmodeo.

Bienvenido. Ya me conoce, ya ha transitado antes por los oscuros caminos que llevan a mi morada. Yo, el Barón Kruento, me alegro de tenerle de vuelta en la Casa de Asmodeo, donde podrá disfrutar de las mujeres más extraordinarias del planeta y de más allá. Ignore los quejidos de su tullida inocencia y sumérjase en las profundidades del vicio. El goce de estos placeres exquisitos y exclusivos bien vale la condenación de su alma.

Helena

A diferencia de sus compañeras en este perverso oficio,...

La puta y la virgen

Un lector me envía esta perturbadora experiencia que, jura, es real. De cómo un hombre odioso y opulento decide aprovecharse de una mujer vulnerable.

La puta y la virgen

Siempre he disfrutado haciendo sufrir a las mujeres, qué se le va a hacer. Que nadie intente buscar el motivo en traumas infantiles o en desengaños amorosos, porque no está ahí. Ni yo mismo sé cuál es la razón por la que he cultivado esta afición, pero tampoco me importa. Puedo permitirme seguir disfrutando de este pasatiempo sin consecuencias, así que poco me preocupa averiguar por qué me resulta tan placentero.

Lo he tenido todo en esta vida: riquezas, salud, atracti...

El fecundador de cadáveres

Pequeña historia con tintes de terror

El pueblecito uruguayo donde nació Jorge Luis Quiroga no merece que lo nombremos, y tampoco merecería que habláramos de él si no fuera por su presencia. Pero la leyenda de este joven es tan extraña y cuenta con elementos tan insólitos que bien merece la pena reseñarla, aunque dudemos de su veracidad.

Se cuenta que nuestro protagonista era un muchacho enfermizo y delgado cuya mera existencia avergonzaba a su padre, el cacique del pueblo. Tuvo todo en la vida y, sin embargo, no supo aprovecharlo: no s...

El último combate del luchador

Un homenaje algo siniestro a las inclasificables películas mexicanas de luchadores.

Ciudad de México. 1965

La veinteañera, ataviada con su elegante vestido de novia, contemplaba la arena entre lágrimas desde la columna donde unas recias cadenas asían sus miembros. Sus ropajes, elegantes, apenas dejaban ver su morena y lisa piel, pero permitían apreciar esos contornos voluptuosos que le habían granjeado una legión de pretendientes y moscones. Su bello rostro aniñado contemplaba el combate con esos ojos marrones e inocentes.

A un lado, su prometido. Incluso a través de la es...

La habitación del horror

Un día, nuestro protagonista despierta en una habitación extraña junto a su profesora atada... NOTA: Este relato es tanto de terror como pornográfico y, por tanto, contiene escenas muy desagradables y a un protagonista desquiciado y completamente despreciable. Avisados quedan.

La profe de Mujeres en Filosofía tenía fama de frígida, de inflexible, de hija de puta. Bien lo sabía yo, que la había tenido como docente durante todo el cuatrimestre. Delgada como un palo y huesuda como una arpía, no se cortaba ni un pelo a la hora de mandar callar a un alumno, de echarlo de clase o de ridiculizarlo por una respuesta errónea. Frente a su despacho, temblaba de nerviosismo, preguntándome si haber acudido allí era una buena idea, si a ese 9,75 que me había puesto en las evaluaciones le acaba...

Un casting inolvidable

Un viejo productor de cine nos cuenta cómo se aprovechó de una inocente actriz primeriza. Nota: Este relato es ficción y no debería ser imitado. Tratad bien a la gente, perros.

La chica estaba nerviosa. Ponía sus delgados brazos en forma de cruz, agachaba esa cabeza de joven modosita adornada con un moño de color castaño, dirigía sus ojitos verdes hacia el suelo. Trataba de taparse el escote con las manos pero, a pesar de la menudez de sus pechitos, podía apreciarse esa carne aún joven y perfectamente lisa, esos contornos delgados de diecinueve años de edad. Intentaba desesperadamente sonreír con esos dientecillos blancos, pero esa expresión se asemejaba a la de una oveja a punto...

Cuatro pajas diarias

El vicio de la masturbación

Contemplo absorto a la actriz sonriente,

muevo mi mano con ojos perdidos,

cual bestia expulso salvajes gruñidos

mientras se desperdicia mi simiente.

Mi soledad es un turbio aliciente

para acceder a oscuros contenidos,

para perder el tiempo y los latidos,

para sumirme en un vicio demente.

Esclavo de estas pulsiones sombrías,

suelto de mi propio cuerpo el timón

y naufrago en tetas y lencerías.

Por vídeo o por imaginación,

*nav...

La Casa de Asmodeo 2

Bienvenidos de nuevo a la meca del vicio, al hogar de la depravación. Descubra de nuevo a nuestras chicas, que sin duda le harán pasar un buen rato...

Vaya. Veo que, a pesar de sus escalofríos, ha decidido usted volver a visitar mi turbia morada. Le felicito por su valentía y, sobre todo, por su falta de escrúpulos.

De nuevo, mi castillo surge de entre las tinieblas, con sus cadáveres colgantes y sus llamas de color alienígena. De nuevo, los coches de los pervertidos aparcan junto a la guarida del Barón Kruento, junto a el núcleo de la oscuridad y la depravación. Se oyen risas, se oyen gemidos. Mientras los parias de la Tierra sufren, los opulentos...

El soneto del coño

Me gustan los sonetos y me gustan los coños. Tarde o temprano, tenía que pasar.

Dos labios beso con dulce pasión,

bastan ellos para hacerme feliz,

mas no se esconden junto a tu nariz,

pues moran debajo de tu riñón.

Son de mi miembro cortés anfitrión,

reciben hasta la baja raíz

a la totalidad de mi lombriz

con húmeda y jovial disposición.

Segundo hogar, núcleo de tu organismo,

ecos provoca cuando alguien lo toca

buscando la “ge” dentro del abismo.

Y no importa si es mi polla o mi boca

*la agraciada por v...