Mi sumisa Laysha

De como Paula se convirtió en mi sumisa Laysha, y lo que aconteció hasta hacerla entregarse por primera vez a otra mujer.

Mi sumisa Laysha

Mi nombre es Eva. Tengo veintiocho años. Llevo escribiendo relatos unos cuantos años, a veces con más tiempo, a veces con más inspiración. Una de las principales satisfacciones que me produce el escribirlos, es recibir un montón de "emilios", si el relato le gusta a la gente. Algunos son bordes y no los contesto. Otros me llaman por curiosidad. Generalmente, salvo excepciones, las relaciones son breves.

Hace un par de meses escribí un relato en el que contaba una aventura...

El Oso, después del perro

Mi marido había conseguido que me lo hiciera con un perro y ahora, estab apreparando un encuentro diferente.

El Oso (Tobi 3)

Hola, Mi nombre es Paula. Soy una chica de veintiocho años. La historia que les voy a contar es continuación de una serie de experiencias que he tendido con mi marido, Gerardo. Hace unos días vinieron a cenar un matrimonio amigo. Es una pareja muy graciosa. Él, Martín, tiene unos cuarenta y cinco años y mide por lo menos 1,90. está fondón y es un tipo tranquilote y amable, que habla y se mueve con lentitud. Por lo menos pesa cien kilos, lo que significa que no está muy gorda, per...

Rambo (Tobi II)

Paula estaba jugando con Rambo, cuando notó la expresión excitada y Perversa de su marido...

Rambo (Tobi II)

Hola amigos. Soy Paula otra vez. No podía dejar de contaros la experiencia que tuve hace unos días. Si recordáis la historia que os conté sobre el perro de un amigo, Tobi, entenderéis mejor lo que sucedió.

Era sábado y como es habitual, fuimos mi marido Gerardo y yo a la casita del campo y estuvimos cuidando a los perros. Tenemos tres perros, dos pastores alemanes y un mastín, un perro enorme y fuerte, de cinco años. Mientras mi marido limpiaba las casitas donde duermen, me...

Tobi, un perro impetuoso

Nuestro amigo nos dejó al cuidado de su dogo, a mi marido se le fue la holla cuando vió como se me subía.

Tobi, un amante impetuoso

Hola, Mi nombre es Paula. Soy una chica de veintiocho años, casada con Gerardo, sin hijo. Hace un par de años que nos casamos, y desde entonces, hemos hecho alguna que otra locura. Somos una pareja liberal que disfruta con las situaciones nuevas. Nunca decimos que no sin haber probado.

Mi marido suele ser el que propone, y yo no me suelo negar, pues confío en él, y la verdad es que nunca me ha decepcionado. El es alto y fuerte. Mide 1,83 metros y hace ejercicio. Le...

La señora Castillo

Tengo una fantasía con mi mujer que ella no está dispuesta a satisfacer y les pido ayuda.

La señora Castillo.

Mi nombre es José Castillo. Soy un profesional de buena reputación y posición social de una ciudad del interior de Colombia. Un luchador y un triunfador. Me he propuesto muchas metas en la vida y las he conseguido casi todas. Tengo cuarenta y tantos años largos, mi mujer algunos menos que yo. Soy un hombre maduro.

La historia que les voy a contar comenzó después de una tarde tonta, que pasé viendo páginas porno en internet y leyendo relatos eróticos, mucho mejores que e...

Un verano especial (1)

Estábamos mi primit a y yo muy aburridas, hasta que a mi prima se le ocuurió la forma de que no olvidara este verano

Un verano especial.

Me llamo Pamela. Tengo dieciocho años y estudio primero de psicología. Soy una chica alta, de 1,70. Pero 68 kilos. Soy pelirroja, de pelo largo muy rizado y ojos verdosos, achinados. Tengo la nariz respingona y la boca grande y de labios gorditos. Mi cara es redonda. Una cara sensual. Tengo el cuello, como las piernas y los brazos, largos y delgados, al igual que los pies y las manos. Muy elegantes. Mi cuerpo está bien proporcionado. De cintura estrecha y con la espalda y las...

Un verano especial (2)

Mi prima estaba dispuesta a hacerme a convertirme en su putita sirvienta.

Un verano especial (y II)

Eva ha visto en el desván un viejo pantalón vaquero suyo. Lo ha cogido y me ha obligado a estar de pié observándola mientras lo ha cortado con unas viejas tijeras que había en la máquina de coser. Me los ha probado. Eran bastante cortos, pues se me veían todas las piernas, pero a ella no le han parecido bien, así que los ha vuelto a cortar. Ahora son escandalosamente cortos. Si separo un poco las piernas se me ve el coñito depilado, y por los lados, me sobrepasan el sex...

Compartida en familia

Una pareja, astiada de la rutina, decide probar cosas nuevas.

Compartida en familia I

Mi nombre es Eva. Tengo veintiocho años. Llevo varios años casada con Carlos, mi marido. No tenemos hijos. Desde hacía unos años, nuestra vida sexual discurría por una monotonía que nos había quitado las ganas de follar. Los que estéis casados comprenderán mejor el problema. Los mismos horarios, las mismas posturas, las mismas situaciones...

Yo quiero a mi marido, por eso, cuando supongo que después de pensarlo mucho me expuso claramente su punto de vista, traté, des...

Mi sobrina, la loba

Mi sobrina se afectaba de manera especial durante la luna llena.

Mi sobrina, Una loba.

Todo ocurrió hace como cosa de dos meses, cuando mi hermana me llamó para ver si mi sobrina podía pasar unos días en mi casa. Su idea es aprovechar para que hiciera algún curso y luego se matriculara en un módulo de FP o algo. Yo me llamo Eva, tengo treinta y tres años. Vivo en una ciudad de la costa, sola, ya que estoy divorciada. No tengo hijos. Trabajo de ejecutiva, en una empresa de telecomunicaciones. Soy rubia, de pelo largo y rizado. Mido 1,65 m., y peso 65 kilos. So...

Las beatas

Unas chicas casadas se reunen con la excusa de unos ejercicios espirituales, pero la realidad es que se lo pasan de miedo.

Las Beatas.

Julia pasaba por la calle, con su libro de oraciones, con su pelo largo, recogido en una coleta. Iba vestida de forma discreta y elegante, con una falda gris de vuelo que le llegaba por debajo de las rodillas y una camisa blanca, tapada por una rebeca verde oscura que llevaba puesta. A pesar de ir vestida como una colegiala, excepto por sus zapatos de tacón y las medias, y por ir ligeramente maquillada, Julia llamaba la atención y la austeridad de sus vestidos no podían disimular...