El Libro del Buen Cabron (parte 2)
Segunda parte del Libro del Buen Cabron.
De cómo puede más la calentura que la cabronura y lo que aconteció después.
Cuando vi mi mujer en aqueste estado, en cueros y chorreando elixires en la cama, llegose al límite los calores del infierno. Acercome despacio al tálamo y la muy pérfida abriose de piernas para que pudiera ver su guijo sonrosado asomando entre su pelambrera. Aquel guijo rosado y mojado puso mi hombría como el rabo del diablo y olvidome de la cornamenta. Bájeme las calzas y acérquela mi pija a su boca para que la recibiera den...