Diario de un escort: Trío con dos abogadas
Dos abogadas treinteañeras contratan los servicios de Andrés, prostituto de lujo
Virginia miró a Inés divertida. Aún no se podía creer que hubiera accedido. Miró el reloj de la pared. En cinco minutos estaría allí. Las dos eran compañeras de trabajo en un despacho de abogados internacional. Mucho dinero pero a la vez mucho trabajo y casi nada de tiempo para gastar sus abultados sueldos. Y casi nada de tiempo para una vida sentimental en condiciones. Inés era una bisexual declarada y había intentado llevarsela a la cama más de una vez. Virginia no era una mojigata en cuanto al sexo. En l...