De niña a mujer. Los celos de papá
El sexo tarda un poquito en llegar pero merece la pena
Mi tío estuvo varios días en casa y en todos ellos lo hicimos muchas veces. Me ponía a cuatro patas sobre la cama y me lo hacía bien duro.
Yo le pedía que no hiciese ruido. Sentía que la adrenalina se disparaba. Eran mayores la vergüenza y el dolor que el placer. Mis padres se iban a enterar. Seguro que mi padre lo estaba escuchando todo. Seguro que incluso nos había visto en la piscina. Seguro que si no decía nada era para no matar a mi madre de un disgusto.
Luego mi tío se tuvo que marcha...