El jefe de su marido ( séptima parte)
El cuerpo de Silvia le exige placer
Cuando por la noche llegó su esposo a casa, cansado, maldiciendo, echando pestes sobre su jefe, Silvia se sintió mal. Sabía que ella había sido la culpable de que no hubiera podido venir a casa a comer, pues ella misma se lo había pedido al señor Gómez.
Después de cenar estuvieron un rato viendo la tele y ella no sabía como actuar. Deseaba compensar a su esposo por el día tan duro que había tenido por culpa de ella pero a su vez no deseaba tener sexo con él. Mateo varias veces intentó acariciarla pero...