Amenazado por mi prima y su novio 4 (FINAL)

Llega la parte final. ¿Tendré un final feliz?

Tuve que bajarle a Carlos sus calzoncillos con la boca. Aquella verga empinó hacia mí, larga, dura y gruesa. Tragué saliva y la besé. Todos rieron. Lamí el glande, seguido de los huevos y tronco para terminar dando besos a sus lindas vergas. Cada vez era más putita. Luego empecé a mamar de arriba abajo, alternando besos y lametones. Hice lo mismo con los otros dos. Entonces llegó la hora.

  • Ahora podéis penetrar a la perrita de todas las formas posibles — rió María. — Pero sin piedad. Nada de lubricarle...

Amenazado por mi prima y su novio 3

Llega la tercera parte. Juan y yo vamos al gimnasio, donde viviré más humillaciones. Y luego me espera algo en casa...

Ambos nos montamos en el coche. Una vez nos pusimos el cinturón, él me dio una bofetada.

  • No te dije que te lo pusieras

Sin decir nada, me lo desabroché. Otra bofetada.

  • Mal, mal, zorrita. Harás las cosas cuando te diga y como te diga. ¿Entendido?
  • Sí amo.
  • Bien. Y pideme perdón.
  • Perdón amo.
  • ¿Sabes? Ahora que eres una chica deberías tratar de hablar con voz femenina. De momento te vas a quitar los botines, los pantalones y la camiseta así como el top, como castigo. Cuando lleguemos al gi...

Amenazado por mi prima y su novio 2

Segunda parte. Aquí empieza realmente mi sumisión y cada vez se va volviendo más humillante para mi. Sin darme completa cuenta cada vez me hago más putita...

Mi prima se me quedó mirando.

  • Un segundo. Te voy a añadir un par de cosas — dijo entre risas.

Se me acercó y empezó a echarme espuma de afeitar en los pelitos de verga, por las piernas y el resto del cuerpo allá donde tuviera pelo.

  • Quedate quieto, que voy a rasurarte. Quiero que seas lo más femenina posible. ¿Sabes? Ya que vas a ser una nena te voy a empezar a tratar como tal — rió.

Yo, excitado, tragué saliva algo nervioso. Permanecí inmóvil mientras me afeitaba. Ella me agarraba fuerte...

Amenazado por mi prima y su novio

Mi prima me llama una mañana a su casa. Para cuando llego, me muestran unas fotos muy comprometidas y no tengo más remedio que acatar sus chantajes...

Eran las diez y media de la mañana cuando llegué al chalet donde mi prima vivía junto a su novio, un hombre alto, de al menos uno ochenta y cinco, calvo, con perilla y de piel del color del chocolate.

Llamé al timbre y me abrió mi preciosa primita. Se llama María y tiene apenas veinticinco años aunque casi no se le nota. Iba vestida con una faldita rosa, un mini top blanco de Hello Kitty e iba descalza. Su cabello negro le colgaba suelto por la cintura. Antes de que pudiera pronunciar por completo la...