No mires atrás - 3
Después de liarme con mi compañero de piso estoy confusa. Me arrepiento, pero ¿quiero más?
Sin poder ni abrir los ojos me giré en la cama extrañada de no sentir su cuerpo cubriendo el mío. Debió alargarse mucho la noche, raro era el sábado que no me despertaba con el vaivén de Juan entre mis labios ya húmedos mientras me abrazaba desde atrás, o con su cabeza entre mis piernas. Mis manos tampoco le encontraron al otro lado de la cama. Abrí los ojos.
Me costó entender dónde estaba cuando me desperté ese primer sábado. Desde luego no en casa de Juan, mi novio, ni en alguna casa rural u hotelit...