Un pequeño encuentro

Me cogí a la madre de un amigo.

Eran de esos días de primavera en los cuales tu sangre hierve y te sientes capaz de todo, temerario ante el peligro y valiente ante las injusticias, amable con las ancianas y galante con las damas que te encuentras a tu paso.

Estaba feliz, la razón era muy sencilla, era ya todo un señor universitario, después de 3 intentos fallidos por ingresar, al fin lo había conseguido, a base de tesón y mucha fuerza de voluntad; privándome de asistir a fiestas y parrandas con la "MANCHA", el grupo de amigos...