Cazado (III)

Sigue el sometimiento de nuestro personaje, ahora a otra mujer, mucama y amante de su ama...

CAZADO 3

Desperté con los primeros albores. Estaba todo dolorido.

Noté cómo el sol se elevaba y pasaban las horas. Estaba muerto de sed y de hambre. A una hora que me pareció cercana al mediodía, me empecé a desesperar: no sentía ruidos y nadie venía a buscarme. Al tiempo, mi desesperación llevó a que gritara llamando a mi ama. De pronto, la puerta se abrió violentamente y entró ella.

Maricona de mierda. ¿Por qué carajo estás gritando así? ¿No te alcanzó con el castigo de esta noche...

El Encuentro

Uno de mis primeros encuentros con mi amiga y amante S, a quien dedico especialmente el presente.

EL ENCUENTRO

Permítanme que les cuente una de mis verdaderas reuniones canallas con mi algo más que amiga S, a quien dedico el presente, con el que espero honrarla y agradarla.

Quedamos en encontrarnos en el lugar de siempre. Al verla llegar, sentí otra vez esa emoción, ese correr de adrenalina tan familiar a los peligros que supe saborear. Observarla vestida, comportándose como una señora, y saberla en unos momentos transformada en una amante insaciable me ponía a mil.

Llegamos a nue...

Cazado (II)

Así recuerdo mi segundo día de cautiverio. Me marcó para siempre. Cada vez era más suyo.

CAZADO 2

Pasé una noche terrible: si bien el colchón era confortable, apenas podía moverme. Las esposas fueron puestas muy apretadas por mi captora, y tenía un dolor terrible en las muñecas y hombros. No podía gritar por la singular mordaza que, además, todavía despedía un olor penetrante. La parte de la bombacha que salía de mi boca, Silvia la había dejado hacia mi nariz, lo que calentaba y enrarecía el escaso aire que atravesaba las gruesas medias que encerraban mi cabeza.

Varias veces s...

Cazado (I)

De esta forma fuí capturado y mi vida pasó a ser de ella. Mis intentos de resistencia poco sirvieron. Ahora soy suyo, transformado en su sierva sexual.

CAZADO

Soy un joven de 35 años, y la historia que les contaré me tiene todavía como protagonista.

La cosa empezó cuando decidí mudarme a una ciudad del interior de mi país, por motivos profesionales. En la gran ciudad me costaba encontrar un trabajo decente, así que me cansé y terminé trabajando como empleado ilegal en una farmacia de pueblo, en condiciones muy incómodas, y con dos títulos universitarios en mi haber. Vivía en una pensión de tercera categoría, pero tenía esperanzas de m...