Cazado (III)
Sigue el sometimiento de nuestro personaje, ahora a otra mujer, mucama y amante de su ama...
CAZADO 3
Desperté con los primeros albores. Estaba todo dolorido.
Noté cómo el sol se elevaba y pasaban las horas. Estaba muerto de sed y de hambre. A una hora que me pareció cercana al mediodía, me empecé a desesperar: no sentía ruidos y nadie venía a buscarme. Al tiempo, mi desesperación llevó a que gritara llamando a mi ama. De pronto, la puerta se abrió violentamente y entró ella.
Maricona de mierda. ¿Por qué carajo estás gritando así? ¿No te alcanzó con el castigo de esta noche...