Catalina, la depravadita
Salió de su casa para calmar el aburrimiento sin saber que una antigua amiga de su madre le enseñaría esa tarde todas las vejaciones y perversidades en carne propia.
Cata la depravadita.
Había cumplido 19 años, mis experiencias sexuales como cualquier joven de mi edad se limitaban a meras penetraciones rápidas, alguna que otra mamada pero nada más.
No obstante era un poco diferente a la mayoría de colombianos, mi mente es muy abierta y tengo una curiosidad casi innata en el sexo, de hecho mi sueño era encontrar alguna mujer tan curiosa y porque no decirlo depravada como yo.
Vivo en un apartamento bastante amplio en Santa Ana un barrio al norte de...