¿Cómo se masturba una madre?

Todavía estaba delante del espejo, arrodillada y con mis pechos asomándose, semidesnuda. Lasciva. “Mírate, mientras tienes a tu hijo en la guardería, qué vergüenza”.

¿Cómo se masturba una madre?

Normalmente, con prisa.

No hay ninguna duda de que ser madre es una de las cosas más maravillosas que puede vivir una mujer. Tampoco da mucho lugar a la duda el hecho de que mamá está muy ocupada y no tiene tiempo para muchas cosas que sí tenía antes.

Una de esas cosas es masturbarme. En la vida adulta de cualquiera hay momentos íntimos y privados que podemos aprovechar para darnos algo de amor propio. Lo complicado de ser mamá es que lo eres a tiempo completo...

Un día no tan normal

Me quito el sujetador. No como nos quitamos las mujeres el sujetador todos los días, sino como las mujeres del cine se quitan el sujetador cuando quieren seducir a los hombres del cine. Primero un hombro, luego el otro. Luego el broche, pero no tan aprisa. Me sonrío a mi misma.

Hay días que el tiempo te sorprende.

El reloj avanza y las cosas acaban siendo menos cotidianas de lo que prometían.

06:50

Últimamente hay días que Juanjo se despierta pronto y con vigor. Cuando tus hijos van dejando poco a poco de ser pequeños, poco a poco se recupera tiempo marital. Aunque sea en franjas horarias no recomendadas para tener un sueño placentero. Y mi marido, últimamente, ha recuperado el apetito mañanero. Con dos universitarias y un preadolescente en la familia, parece...

Mi primera masturbación

Vagando por mi pubis, mis dedos (el índice ya se había sumado al corazón) llegaron a la frontera, rozando la comisura superior de mis labios. Me estremecí, pero como las sensaciones eran suavemente progresivas, no pensé que estuviera masturbándome. Acaricié mis labios, con cierta normalidad, pero también notaba que había algo “nuevo” en mis sensaciones. Además, me di cuenta de que estaba muy húmeda, realmente mojada. En la adolescencia, te acostumbras a esa humedad, a veces es realmente incómoda, pero no la asocias con el sexo, o yo al menos no lo hacía.

Recuerdo muy bien aquel día, tan importante al fin y al cabo para una persona. Era domingo por la mañana, y en mi casa había una pequeña tradición no escrita: los domingos por la mañana, a toda la familia, le gustaba quedarse más tiempo en cama y aprovechar para leer un rato. Yo estaba leyendo un libro sobre las reglas del voleibol (qué cosas…). Siempre me ha gustado el ejercicio físico, y con 14 años tenía bastante claro qué quería hacer de mayor. Era buena estudiante, y me lo tomaba muy en serio el tema d...