Deseo, morbo y placer i: presencia en la oscuridad
Ya en la cama no dejaba de pensar en ese hombre que me había visto dándome placer. La sola idea que en un principio me había dado miedo ahora me daba cierto morbo, tanto que ya en la cama, solo llevando esas bragas que se me habían mojado y que había desistido de cambiármelas...
Creía que el confinamiento no me había afectado la cabeza, pensaba que era inmune a la desesperación, al hastío y hasta a la locura que pueden producir tantos días de encierro, pero veo que he sucumbido a la paranoia y al placer.
Desde hace unos días, me he sentido observada, he sentido que alguien me espía estando en mi propia casa. La casa donde estoy viviendo tiene la (des)ventaja de tener unos amplios ventanales de tipo francés, esas a dos puertas y de vidrio que van de piso a techo sin que ningun...