Paseo entre muertos, y no tan muertos

Relato de como una desconocida se hace dueña de mí, y hace lo que desea conmigo, entre las lápidas de un cementerio.

Quizás cuando andas entre las lápidas, a la fría luz de la luna, es cuando te das cuenta del respeto que impone tal lugar como un cementerio; santuario de almas perdidas que en su día fueron algo más que un recuerdo gris y distante, evaporado ya para muchas mentes. Dulce es el paseo maldito entre el camposanto que acuna aquellas viejas glorias, vidas que dejaron un rastro apenas evidente, que ahora son poco más que polvo, guardadas en el cajón más escondido del rincón más sombrío de la memoria de sus allega...