Alexia. La hermana que llegué a odiar

Historia que narra mis vivencias con Alexia, mi hermana pequeña. Una chica manipuladora, odiosa y chantajista, dispuesta a todo con tal de salirse con la suya. Un buen día empezó por pedir cosas más subidas de tono y todo se complicó para mí.


Antes de comenzar, si no lo habéis hecho, os recomendaría leer mi anterior relato titulado “Amor de hermana, amor de puta” ( https://todorelatos.com/relato/159213/ ) , donde cuento lo sucedido con Miriam, mi hermana mayor, que precede justo a todo lo que relataré a continuación.

Chantajista, manipuladora, mentirosa, malvada, odiosa y un sinfín de calificativos similares que nunca serían suficientes. Así podría definir a Alexia, la menor de mis dos hermanas. Siempre me faltarían de...

Amor de hermana, amor de puta

Historia protagonizada por mi hermana y yo. Una chica espectacular que volvió locos a mis amigos pero sobre todo a mí, que me hizo perder la cabeza y hacerme despertar los pensamientos más sucios que jamás hubiera imaginado. Cómo podría acabar algo así?

Estábamos ya a finales de mayo, tiempo de empezar a ir a la playa y de disfrutar con mis amigos. Pero especialmente ellos lo esperaban con más ansias que yo. No es que mi compañía no les agradara. Pero preferían la de otra persona, que no era ni más ni menos que mi hermana mayor. Si íbamos los de siempre, podía ser una buena tarde o no. Pero si ella nos acompañaba, era garantía de alegrarles el día a todos.

Miriam tenía esa gran capacidad, tanto física como psíquica. Aunque si hay que dar más detalles...

Inocente por fuera. Cachonda y puta por dentro.

Mi primer relato en esta página es la historia que narra cómo conocí a una jovencita que trabajaba en un bazar chino y todas mis tretas y planes para llevármela al huerto. Si te gusta el morbo y meterte en la piel del narrador, te gustará.

Mi nombre es David y la historia que os voy a contar sucedió hace unos años, poco antes de independizarme. Todo comenzó un día en el que mi madre me mandó a comprar pinzas para tender la ropa. Me sentía un poco perezoso y en vez de ir al supermercado, como era habitual, decidí entrar en el bazar chino que teníamos cerca de casa.

Fue allí donde empezaría esta gran e inolvidable experiencia. Me dirigí hacia el pasillo donde se encontraban los artículos del hogar y un poco más al fondo vi a una chica jov...