Mi aventura con Sonia

Al fin coincide con la mujer madurita que era musa de sus pajas diarias en un apasionado encuentro.

Verano del 2001. Finales de Julio.

Tengo 22 años. Soy de estatura media, moreno y, aparte de todo, un desastre con las chicas. Mi última novia me había dejado hacía 2 meses. Como un año más, iba a pasar mis vacaciones de verano en el chalet que mis padres tienen en las afueras de Madrid. La verdad es que hasta entonces todo había sido un rollo, pero la situación cambió de forma radical desde que a mis padres se les ocurrió la idea de dar una fiesta e invitar a todos los vecinos.

Er...