Retornando a sus brazos

Por más que escapes de la tentación, por más que cambies de vida, de ambiente el deseo siempre te perseguirá, Nuestra protagonista cambio su vida para poder ser fiel de su amado y alejarse de su tentación pero esté la encontró en el lugar mas inesperado

Hacía mucho tiempo que la ardiente relación con su cómplice había sido contenida. Había cambiado de trabajo y salido de su vida sin aviso previo. Llevaba una linda relación con un hombre tierno, que la cuidaba como nadie sabía hacerlo. Pero el fuego de su interior no podía ser encendido por ese hombre. Su mirada no era tan intensa como la de su cómplice y los besos apasionados ya no eran candentes entre ellos.

En un intento desesperado por recuperar esa pasión; que debió abandonar por el bien de su re...

Otro encuentro Ardiente

Cuando el cuerpo te reclama calor, no hay razón para ignorarla. Eso lo saben bien esta pareja de cómplices. Que aprovechan como nunca de arder en el deseo; que están decididos a disfrutar el uno del otro con todos los sentidos posibles. Dispuestos a entregar placer de todas las formas posibles.

El tiempo corria sin piedad cuando estaban  separados y los juegos en la oficina se habían congelado y se había consumido  por el miedo a ser descubiertos, pero, sus cuerpos se necesitaban con desesperación. Ella extrañaba sus besos con locura y el anhelaba tenerlo entre sus brazos una vez más.

Es por esto que en cuanto ella recibió un mensaje con una dirección y hora no dudo ni un segundo en asistir. Necesitaba de sus manos frías en su cuerpo, sentir el deseo en sus ojos, la reacción de sus cuerpos a...

Jugando con fuego en la oficina

Cuando la atracción te domina y el origen de tu deseo esta frente a tus ojos, no hay argumento para que la lujuria no te domine. Aun cuando arriesgues tu esquema de vida. No hay nada como fundirse el uno en el otro.

Llevaban semanas viéndose en la oficina y disimulando en frente de sus compañeros. El fuego que emanaba de su interior cada vez que sus miradas se cruzaban. El solo verlo sentado en su escritorio frente a su computador le agitaba la respiración, el recordar que en ese mismo escritorio él la penetro como si no hubiera un mañana, la calentaba a tal grado que ya casi no toleraba la ropa interior por lo que últimamente iba a trabajar sin ella. Cada vez que sus compañeros se sumían en sus trabajos,  ella aprovec...

La suerte está de su lado

Cuando la atracción en superior a la razón, solo nos queda apelar a la suerte y entregarte a la pasión. ¿Qué sucederá con la pareja de cómplices cuando estén en su oficina? se entregaran al placer sin medir sus consecuencias.

Todo en su trabajo estaba exactamente igual, después de haber probado el fruto prohibido no podía verlo como un simple compañero de trabajo, Le costaba mantenerse alejada de sus brazos, lejos de sus besos. Le costaba trabajo verlo sentado frente a ella en su ordenador y no entrar en calor. A ratos sentía que las ganas de plantarse frente a él y enseñarle su desnuda entrepierna no era tan alocado como se lo imaginaba. Desde el momento en que llego a la oficina su entrepierna se humedeció y su personalidad ju...

Su recuerdo ardiente

Todo volvía a la normalidad, ella ya no tenia a su ardiente cómplice con a su lado, pero, nada podía borrar el morbo de recordar el roce de sus manos en su cuerpo y el solo recuerdo la dejaba empapada. Secuela de (Matando las ganas)

La vuelta a su país fue más difícil de lo que creía, apenas a llegar a su destino. Ël se alejó para seguir con su vida y ella quedo atrapada en su rutina solo con el recuerdo ardiendo en su piel.

Era una noche cálida y su cama se sentía solicitaría. Su mente comenzó a divagar y sin notarlo su cuerpo comenzó a recordar aquel viaje de placer. Sus pezones se endurecían al recordar el calor en sus manos exprimiéndolos con la presión justa y el roce de su camisa de dormir le elevaban la temperatura cada ve...

A 10.000 pies de calentura

Su veranito de solteros estaba por terminar, debía volver a su país a ser nada mas compañeros de trabajo, pero no podían bajar de ese avión sin antes explorar sus cuerpos una vez más, y averiguar lo que era un orgasmo a 10.000 pies de altura.

Finalmente nuestra pareja de cómplices en dos horas llegarían a su país, donde no podrían desnudase y entregarse al placer; donde no podrían toquetearse a su disposición, Él no podía imaginar cómo sería estar al frente de sus bellos pechos y no poder apretarlos o ella no podía estar segura que al ver su erección en la oficina se podría resistir a tirarse encima y coger a vista y paciencia de sus compañeros.

Pare él las horas que pasaron conectados, fundidos en esa pasión que los quemaban no eran sufic...

Rematando las ganas

Aun con sus cuerpos tibios por el encuentro anterior tenían ese fuego en su interior, sabían que al volver a su país sus camas serían compartidas con otra persona, por lo que se entregaron nuevamente al placer.

Bienvenido para los que leyeron Sacándose las ganas notarán que cuando uno empieza no se puede parar y esta vez no podía dejarlo así,  me vi obligada a continuar la historia. Me encantaría saber si a alguien le gusto para publicar los otros o los fuardamos en el baul.

Para los que no leyeron el relato anterior no se preocupen no es un requisito para entender este y disfrutarlo de igual manera.

Rematando las Ganas.

Aun con sus cuerpos exhaustos después de su primer encuentro recostado un...

Sacando las ganas

Tenían tiempo deseándolo en secreto, enviando miradas fugaces en las reuniones y desnudarse con el pensamiento. Lo único que los frenaba era una relación aburrida y sumida en la rutina. solo necesitaron con cruzar la frontera para entregarse al deseo.

Ella sabía que no debía estar ahí, que no tenía que tomar ese avión; que ella tenía una vida resuelta y un compañero de vida, él mucho más, una familia esperando. Pero la rutina y falta de interés la arrojaban a sus brazos. A su lado todo se incendiaba con solo una mirada, un roce o un suspiro, bastaba para despertar en ella la pasión que creía dormida dentro de su cuerpo.

También sabía que no debía toca la puerta de aquella habitación, que debía dar la media vuelta y continuar con su vida, pero, - ¡D...