Las profesoras no somos santas
Con pocos años me encuentro casada, con la supuesta rectitud que me exige mi trabajo como profesora y con un deseo sexual del que a veces me pregunto si es normal.
Dejad que me presente, mi nombre es Natalia y soy de Málaga. Tengo 26 años, pelo castaño y ojos verdes. Soy más bien delgada y mido 1,74. Para que os hagáis una idea, gasto una talla S-M y una 95 de pecho. Tengo la espalda relativamente ancha, por mi pasado como nadadora y me machaco bien el vientre y las piernas en el gimnasio. Me gusta mantenerme en forma.
Dicho esto, os contaré la historia de cómo mi trabajo cambió por completo mi vida y la percepción que tenía de mi misma.
De siempre he sido...