Ente
La oscuridad invade de placer su cuerpo.
Ente
Podía sentirlo, húmedo, caliente, duro entre sus piernas. Entrando y saliendo frenéticamente, sin darle descanso. Se encontraba boca abajo, con las caderas levantadas, las piernas lo más separadas que le permitía su anatomía, su espalda creaba una sensual curva y sus pechos se apretaban sobre las sábanas revueltas. Su orgasmo estaba cerca, el falo que la penetraba lo hacía deliciosamente, en el ángulo perfecto para estimular su punto g, sintiéndose cada vez más cerca de explotar, apuró el final m...