Un presente
Sogda, la esposa de Ocos, el mercader persa, le sorprende una tarde con un regalo: una joven esclava europea asustada.
El hombre se había quedado dormido en el calor soporífero del mediodía y, cuando la esposa volvió continuaba en la cama. Ella abrió la puerta cautelosamente para no despertarle.
- Deja todo ese sigilo, Sogda. Estoy despierto. abrió los ojos y extendió una mano. Ven. He soñado contigo.
- Espera. ella asió su mano y le besó cada dedo, mirándole a los ojos Tengo un presente que será mejor que cualquier sueño. Por lo que parece lo estabas esperando. le agarró la polla, que se endureció ...