Once in a Lifetime 3
Y por fin, el día en el que conocí al macho que supo dominarme llegó.
Martes, 8:40 de la mañana.
-Me voy a correr putita.
Ese enorme rabo me bombeaba sin piedad, y ahora anunciaba que iba a llenar el condón de lefa hasta casi hacerlo reventar.
-¡Venga cabrón, córrete!
Dolía, dolía bastante, pero estaba tan cachondo…
Habían pasado dos meses desde que le preñé la boca al maduro pichacorta, y las ganas de seguir buscando a hombres para experimentar se habían desvanecido por un tiempo. No me veía con ánimos de repetir otra experiencia que me drenase...