KABIN para 2
El destino nos unió por alguna razón...lo supe esa noche en que me hizo su mujer en ese cuarto de hotel..
Tenia todo lo que yo no quería pero no podía evitarlo: tenerlo cerca era suficiente para sentir un hormigueo en todo el cuerpo. Me había hecho suya en diferentes ocasiones y en diferentes lugares pero hasta entonces, jamás habíamos vivido el placer de cogernos en una cama.
Esa noche, salimos. Primero unos tragos. Las manos por debajo de la mesa hacían su trabajo. No podía dejar de tocarlo y buscaba en la gente del lugar complicidad, alguien que se atraviese a hacer lo mismo con él. Me consumía el dese...